El PNV gana las elecciones y conserva sus siete diputados, pero no será decisivo en el Congreso
Imaz coloca el respeto a la voluntad de la sociedad vasca como base de cualquier diálogo
El PNV logró ayer revalidar su condición de primera fuerza, retener sus siete escaños, aumentar en más de 70.000 sus votos y rebasar el procentajte obtenido en 2000, el 31,32%, que supuso su mejor marca en unas elecciones generales desde 1982 y que ahora mejora en más de dos puntos. Pero la relación de fuerzas en el Congreso no hace imprescindible su concurso para la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero. En su estreno triunfal al frente del partido, Josu Jon Imaz señaló como fundamental para dialogar " el respeto a la voluntad de la sociedad vasca y el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado".
El partido de Josu Jon Imaz ha avanzado sus posiciones, en términos absolutos y relativos, en todos los territorios, y su subida ha sido significativa en Álava, donde se ha elevado del 21,39% hasta el 25,4%. El PNV supera, además, con éxito la prueba de unas candidaturas profundamente renovadas, incluyendo el relevo de su portavoz en el Congreso, Iñaki Anasagasti.
El partido nacionalista ha cumplido su objetivo de mantener su grupo, lo que Josu Jon Imaz consideraba durante la campaña "un buenísimo resultado". Sin embargo, la distancia que el PSOE ha establecido sobre el PP y la suma suficiente para la mayoría absoluta que le dan a aquél los votos de ERC e IU no hacen imprescindible el apoyo del grupo vasco, del que le separa el plan Ibarretxe.
El presidente de la ejecutiva peneuvista, Josu Jon Imaz, compareció pasadas las once de la noche y destinó sus primeras palabras a las víctimas de los atentados de Madrid -"Su dolor es el nuestro", dijo- y a agradecer la alta participación. Imaz resaltó los resultados obtenidos como "los mejores que ha tenido el PNV en unas elecciones generales" y transmitió su felicitación más calurosa a Nafarroa Bai, al PSOE y a su secretario general, a quien ya se la había hecho llegar antes. El sucesor de Arzalluz reiteró que su grupo mantendrá una posición "firme y nítida por la paz" y se limitó a afirmar que "la iniciativa corresponde al que gana" y a declararse "abierto al diálogo" cuando se le preguntó por el papel que jugará el PNV en el Congreso y por su posición ante la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero.
Imaz avanzó que "la regeneración democrática, la defensa de los derechos humanos y la priorización de la paz; el respeto a la voluntad de la sociedad vasca, y el reconocimiento jurídico político de un Estado plurinacional son nuestras referencias para cualquier diálogo que llevemos a cabo con otras fuerzas políticas". Apostó para que "el muro continuo de separación y negación del futuro en el que hemos vivido cuatro años se rompa", aunque no aclaró si responderá positivamente a la convocatoria de Rodríguez Zapatero para tratar de terrorismo con representantes de todos los partidos.
En Álava, el PNV conserva su único diputado, mientras en Guipúzcoa, donde más arriesgaba por la doble competencia de EA y Aralar, que podía provocar una dispersión del voto nacionalista, mantuvo su segundo diputado y subió del 28,7% a casi el 31%. En Vizcaya, ha conseguido esta vez mantener con soltura el cuarto diputado que en 2000 obtuvo a última hora y por pocos votos.
Los dirigentes del PNV pasaron la noche electoral en el Hotel Sheraton de Bilbao, donde estuvo reunida su ejecutiva, el diputado general de Vizcaya, el alcalde de Bilbao y los candidatos, mientras el lehendakari, Juan José Ibarretexe, permaneció en Ajuria Enea.
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