Miles de asistentes a la romería rebelde
Unos siete mil peregrinos suben a la ermita de Sant Roc en Castellón sin atender el cambio de fecha oficial de la Magdalena
"Serán 400 o 500", dijo el alcalde de Castellón, José Luis Gimeno, hace apenas un mes. Alrededor de 7.000 personas participaron ayer en la romería a la ermita de la Magdalena que, tradicionalmente, está convocada para el tercer domingo de Cuaresma. Este año, la fecha de la marcha, al igual que la de las fiestas, se atrasó una semana debido a su coincidencia con las elecciones generales. Sin embargo, desde distintos foros cívicos se apostó por mantener la convocatoria extraoficial el día que marca el calendario festero: el tercer domingo de Cuaresma. Después de que el ayuntamiento haya tratado de imponer todo tipo de obstáculos para la que se ha llamado romería alternativa, las cifras oficiales de participación que se ofrecieron ayer fueron de lo más diverso: desde los 1.500 que otorgó el presidente de la Junta de Fiestas, Jesús López, pasando por los 2.500 que cifró el concejal Carlos Tovar, los 4.000 calculados por la policía local, hasta los más de 5.000, según fuentes de la Guardia Civil, destacados en el cerro que da cobijo a la ermita.
La edad media de los participantes fue mucho más elevada de lo que se preveía
El Ayuntamiento se negó a repartir la réplica de los bastones de los peregrinos
Al no haber convocante alternativo, estas cifras no pudieron compararse con otras. Sin embargo, en los foros de internet en los que se ha impulsado la iniciativa se hablaba de hasta 9.000 participantes.
El hecho es que mucha, mucha, gente recorrió ayer el trayecto que une la nueva ciudad de Castellón con la ermita de la Magdalena, situada junto al Castell Vell, desde donde bajaron los primeros pobladores de la capital de La Plana.
La romeria de les canyes no fue tal porque el ayuntamiento se negó a repartir, en esta fecha, la réplica de los bastones que utilizaron aquellos pobladores. Sin embargo, fue significativa la cantidad de personas que, aún así, se presentaron caña en mano.
Tampoco se repartió la cinta verde que, en cualquier caso, muchos se agenciaron, sin fecha o datadas en años anteriores. Menos pañuelos al cuello que de costumbre, pero muchos crespones negros en un día en el que el ambiente de fiesta anduvo velado por el dolor por las víctimas y la solidaridad con los familiares de los atentados de Madrid.
Puesto que no había hora oficial de salida, el comienzo de la romería se realizó de forma gradual. Sin embargo, en Sant Roc, ermita que señala el lugar en el que se realiza la primera parada de la marcha, la multitud comenzó a ser patente. Sant Roc abrió sus puertas, cuestión debatida durante días, pero no colgó su campana que, según la tradición, ha de tocarse. En su lugar, los romeros encendieron velas al pie del santo.
En el cerro, en la subida al ermitorio, la masa ya fue evidente. Allí, la Iglesia dio un nuevo motivo de incomprensión: Después de que el obispado respaldara tajantemente el cambio de fecha, la ermita se abrió y, dentro, el sacerdote oficial de la romería de las cañas, Josep Miquel Francés, ofreció la reliquia de Santa María Magdalena para todo aquel que quiso besarla y repartió, previo pago, el texto de los gozos que habitualmente se cantan en la ermita y que, en esta ocasión, no se oyeron, al igual que tampoco se oyó ninguna misa.
Tampoco fue posible cumplir con otra tradición, la de tocar la campana en la Magdalena, aunque algunos trasladaron algunos cascabeles particulares que cumplieron la misma misión.
Pese a que el perfil de los foros en los que se alentó la idea de mantener la fecha de la romería hacía prever la participación masiva de gente joven, la realidad fue distinta. Muchas familias, gente de mediana edad, personas mayores y también jóvenes participaron en la marcha aunque, también en esto, hubieron de prescindir del habitual servicio de autobuses y trenes que se organiza para facilitar la bajada y para acortar el trayecto de subida, con el fin de que el largo recorrido se haga menos pesado. En cualquier caso, fue sorprendente que la media de edad fuera más elevada de lo que en un principio se preveía.
La justificación oficial para el cambio de fecha de la romería fue la seguridad. Sin embargo, la salida de los romeros estuvo vigilada por policías locales en la práctica totalidad de los cruces de Castellón por los que transcurre el recorrido.
Además, la Guardia Civil vigiló y dio pasó a los participantes en la carretera nacional 340, que se ha de cruzar para llegar a la ermita, y algunos miembros de protección civil estuvieron presentes en el cerro.
Tras el éxito de la romería alternativa, el planteamiento de un cambio en el programa de las fiestas oficiales es mayor. La necesidad de convocar un congreso magdalenero, el foro en el que se debaten todas las cuestiones relativas a la fiesta, es clamorosa. Y así se reclamará en los próximos días, después del tercer domingo de Cuaresma.
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