La economía de Portugal cae un 1,3% y entra otra vez en recesión
El resultado del pasado año es el peor de la última década
La economía portuguesa registró el año pasado una caída del 1,3%, el peor resultado desde 1993, según los datos del Instituto Nacional de Estadística luso (INE). Pero el producto interior bruto (PIB) también retrocedió, un 0,2%, en el cuarto trimestre de 2003 frente a los tres meses anteriores. Se trata de la segunda caída intertrimestral consecutiva, con lo que Portugal vuelve a estar oficialmente en recesión.
La economía portuguesa no sale de los números rojos desde el último trimestre de 2002. En términos interanuales, el PIB no ha vuelto a crecer desde entonces. La actividad se mantuvo estancada durante el primer semestre de 2003 y, cuando el Gobierno anunciaba ya la recuperación, volvió a retroceder.
Pese a todo, los analistas consideran que algunos indicadores muestran que la economía portuguesa ya ha comenzado a salir del túnel, porque en el último trimestre del año pasado la caída de la demanda interna fue menor que la registrada en el trimestre anterior y el consumo de las familias creció por primera vez en cinco trimestres.
Respecto al comportamiento de la economía durante todo el año pasado, las cifras del INE confirman la profunda crisis que atravesó Portugal en 2003. "Todos los componentes del PIB sufrieron caídas reales", destaca el Instituto de Estadística en su informe. El Gobierno había estimado una caída del PIB del 0,75%, mientras el Banco de Portugal previó un descenso de entre un 0,5% y el 1,5%. La caída fue al final del 1,3%. El retroceso se ha debido principalmente a la intensa caída de la demanda interna, que disminuyó un 2,9%.
Pero fue la falta de inversión, que retrocedió un 9,5%, lo que más contribuyó en estas cifras tan negativas. En 2003, y por segundo año consecutivo, el Gobierno de Lisboa congeló todas las inversiones públicas dentro de su política de total contención presupuestaria para mantener el déficit por debajo del 3% del PIB, como exige la Unión Europea a los países de la moneda única. La misma política llevó a bajar también los gastos de la Administración en un 0,6%. En 2002, estos gastos habían aumentado un 2,7%.
Control del déficit
Hace dos semanas, el primer ministro, Durão Barroso, anunció que la "política de rigor" aplicada a las cuentas públicas logró también controlar el déficit, que se situó en un 2,8% del PIB en 2003. En noviembre de 2002, los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) decidieron la existencia de un déficit excesivo y exigieron a Lisboa estar por debajo del 3% en 2003.
Dentro de la componente de la inversión, la construcción fue el sector más afectado por la crisis. La actividad del sector, considerado como el barómetro de la coyuntura económica, cayó un 11,4%, un descenso inédito en la economía portuguesa. Se trata del segundo descenso anual consecutivo.
Para superar la crisis, el Gobierno confía en que se recupere el conjunto de la economía europea, principal destino de las exportaciones lusas. Al tratarse de una economía pequeña y muy abierta, el Ejecutivo cree que la recuperación depende mucho de la evolución de la conyuntura internacional. En 2003, las exportaciones portuguesas crecieron el 1,8%.
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