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Reportaje:

De Onda a Olimpia

José Ramos, parapléjico desde 1994, logra la marca mínima para participar en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004

Pepe Ramos es parapléjico desde que hace 10 años, en 1994, sufrió un accidente en las fiestas de su pueblo, Onda. Ahora, en 2004, es uno de los mejores nadadores discapacitados de España, una potencia mundial en deporte adaptado. Ahí están los datos: en el último Mundial de natación, disputado en Mar de Plata (Argentina), los españoles obtuvieron 60 medallas. Sólo Gran Bretaña, Canadá y China consiguieron más. "Las federaciones de deporte adaptado funcionan muy bien; son una maravilla", afirma Lluch Albiol, el entrenador de Pepe Ramos, quien nació en Artesa, una pedanía de Onda, hace 29 años.

En aquel desgraciado accidente, Ramos perdió la movilidad de las piernas, pero no la capacidad de superación y el espíritu competitivo, que se acentuaron. Hasta ese fatídico día había jugado al fútbol sala, deporte que practicaba con amigos. "Nunca había entrenado la natación", dice. Los médicos le aconsejaron enseguida que nadara para tonificar la musculatura de los brazos y la espalda. Y Ramos se lo tomó al pie de la letra. "Sin ninguna duda, su principal virtud es la constancia", afirma Lluch Albiol; "creo que desde que empezó a nadar no ha fallado a un solo entrenamiento. El agua le encanta. Seguro que el día que deje de competir seguirá nadando".

Los éxitos de los deportistas discapacitados españoles pasan casi inadvertidos. Apenas alguna reseña en los principales diarios deportivos, nada de grandes portadas ni cosas por el estilo. Y eso que las medallas se multiplican. Pepe Ramos tiene ya experiencia en competiciones internacionales: en los Europeos de Suecia de 2001 logró el bronce en la prueba de 50 metros mariposa, mientras que en el Mundial de Mar de Plata fue quinto en la misma prueba y oro en el relevo de 4x50 estilos. A los Juegos de Sydney no fue por décimas. "Mi principal objetivo este año era clasificarme para Atenas 2004", asegura. Hace dos semanas, en Torrevieja, consiguió la mínima B -las mínimas son fijadas por el Comité Paralímpico Internacional- en su prueba preferida, los 50 mariposa, estilo por el que se decantó hace unos años. "En crol hay gente que son unas máquinas, y es prácticamente imposible clasificarse", cuenta.

Ramos nada cada día 4.000 metros, hora y media de todos los estilos: libre, braza, espalda y mariposa. "Y esto es poco", dice. Su preparador, Lluch Albiol, quien le entrena desde hace un año, revela que durante los últimos meses Ramos ha mejorado su estilo, "cosas normales, la frecuencia de la brazada, la respiración...". "La mariposa", explica Ramos, "es un estilo muy duro. Como yo no puedo valerme de las piernas, hago toda la fuerza con los brazos. Y el cuello se resiente mucho". Por este motivo, el trabajo en seco, ejercicios isométricos para fortalecer el cuello y flexibilidad, es tan importante como el entrenamiento en el agua. La mínima B no da el pasaporte directo para los Juegos de Atenas del próximo verano, según Gabriel Melis, director técnico de la Federación de Deportes Adaptados de la Comunidad Valenciana, quien explica que la selección española será confeccionada por el Comité Paralímpico Español. "Es evidente que con la mínima B tienes muchas opciones, pero dependerá de los nadadores que hayan conseguido la mínima A y del cupo de nadadores que asignen a España".

En todo caso, Ramos integra desde hace tiempo la excelente nómina de nadadores valencianos discapacitados. Otros nombres son Dani Vidal -oro en Sydney en 50 mariposa-, Ricardo Ten -doble oro en Sydney en 100 braza y 4x50 estilos-, David Lebec, Vicente Gil o Amaia Zuazma.

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