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Crítica:FESTIVAL DE JEREZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Angelita bien vale el gran arte de Jerez

Angelita Gómez -Angelita de Jerez en sus principios- es uno de los personajes más queridos del flamenco en Jerez. Hoy, con sus 60 años, y retirada incluso del día a día de la enseñanza, aún deja testimonio de su sabiduría en cursos y otras celebraciones puntuales. Verla en un escenario es, sin embargo, excepcional.

Pero la vimos, la vimos, en la función de clausura del VIII Festival de Jerez. El desarrollo de esta sesión de casi tres horas, con descanso incluido, demostraría que dedicar un programa a la maestra fue un pleno acierto, con el teatro lleno a rebosar de un público cómplice que no dejó de piropearla ni un solo momento y que presenció su último baile puesto en pie. Angelita Gómez reunió en torno a ella a buena parte del mejor arte de Jerez.

Ayer y siempre

Baile: Angelita Gómez, María del Mar Moreno. Cante: Melchora Ortega, Fernando Terremoto, Antonio Malena, Luis Moneo, Luis de Pacote. Toque: Domingo Rubichi, Santiago Moreno. Invitados: Pepa Montes y familia, con Ricardo Miño a la guitarra, Pedro Ricardo Miño al piano, Enrique Soto y Segundo Falcón al cante, Antonio Barrul a la percusión y Bobote y El Eléctrico al son. Teatro Villamarta, Jerez de la Frontera, 10 de marzo.

En primer lugar María del Mar Moreno, su mejor discípula y heredera en la dirección de la academia que fundara Angelita. María del Mar es hoy una bailaora que quita el sentido y que en esta noche particularmente emotiva para las dos, se volcó a tumba abierta en bailes que nos quedarán en la memoria: el romance con solo palmas y cantes que hizo con Angelita, y que fue bellísimo; las soleares, realmente esplendorosas y con una fuerza y una convicción abrasadoras; las varias intervenciones bulearieras...

Bulerías para descubrirse

Noche de gran cante, de ese que no se oye hoy casi salvo en Jerez. Fernando Terremoto le cantó por seguiriyas a Angelita, y lo hizo de manera ejemplar. Es cantaor largo, que canta siempre bien pero en Jerez lo hace de manera superior. Al final Terremoto volvió a salir cuando ocupaba el escenario el cuadro de su peña en pleno, y se cantó a palo seco y se bailó unas bulerías para descubrirse. Se ve que a cantaores como este Terremoto la tierra les inspira, les pone en trance.

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Como sucedió con Melchora Ortega, quien en el polo y por tientos demostró una suficiencia total. El de la Malena, Moneo y el de Pacote, son a su vez tres cantaores de excepción, que sin ningún divismo fueron dejándonos un cante de maravilla, con letras como ésta de Pacote: "Tengo pena porque tengo / una camisa sin mangas / sin cuellecito y sin delantero".

El paréntesis de Pepa Montes y los suyos nos devolvió el gran baile de ella, a quien últimamente vemos poco. Acompañada por la guitarra de su marido, Ricardo Miño, y por el piano de su hijo Pedro Ricardo, su baile de escuela netamente sevillana fue un oportuno contrapunto a los sones de Jerez que iban a dominar la larga velada. Pese a ello me parece que se extendieron demasiado, más de una hora, en un homenaje de estas características.

El paréntesis de la Montes

Lógicamente, los artistas que tienen oportunidad de subir a un festival de prestigio como el jerezano tratan a toda costa de que se les vea bien, y en esta ocasión, entre baile y baile de la Montes, Ricardo Niño hizo un toque por rondeñas que terminó de forma espectacular, y a continuación su hijo Pedro Ricardo pudo cumplir su deseo de tocar en Jerez por bulerías, y lo hizo muy bien por cierto.

Y Angelita Gómez, por fin. Del principio al término, vivió una noche que seguro no va a olvidar. Jerez la adora, sus compañeros de profesión la idolatran. Bailó, bailó mucho, con el temple y el sabor con que ella sabe hacerlo aún. El polo, el romance, las seguiriyas. Y múltiples variantes por bulerías, género en que es maestra indiscutible.

Su figura, tan chiquita, primorosamente vestida, fue una presencia que transmitió la pasión por el baile y por el flamenco de Jerez, lo que ha sido razón imponderable de su vida. Ésta que comentamos fue una noche de gloria para ella, bien justificada. Porque Angelita Gómez vale efectivamente el gran arte jondo de Jerez.

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