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Reportaje:

La estrella intermitente

Aimar, tres semanas de baja por lesión, no ha jugado en España más de tres encuentros completos seguidos

Más que las piernas, a Pablo Aimar, de 24 años, el sábado le traicionó el corazón. Sintió que el Valencia lo necesitaba y jugó lesionado en los últimos encuentros, sin recuperarse de una dolencia en el tendón de Aquiles. Y eso pudo propiciar, a su juicio, que ante el Deportivo sufriera el sábado una pequeña rotura fibrilar en el bíceps de su pierna izquierda que lo tendrá tres semanas de baja. "Hay que acostumbrarse a jugar con dolor", había dicho antes de romperse el media punta argentino, que llegó a infiltrarse para jugar ante Osasuna. También frente al Madrid, en la ida de la Copa en el Bernabéu, actuó lesionado. Pero hoy arrecian sobre él las críticas de parte de la prensa mientras el técnico del Valencia, Rafa Benítez, que sabe del sacrificio del jugador, ha salido en su defensa: "Su comprosimo con el equipo es total".

El medio punta argentino del Valencia disputó lesionado varios partidos y eso pudo propiciar su rotura en el bíceps

El caso es que Aimar, que tuvo un excelente arranque de temporada -cuatro tantos y seis pases de gol-, ha visto cortada su ascensión por una serie de molestias musculares. La explicación científica la da el médico del Valencia, Jorge Candel: "Aimar es muy explosivo y requiere un tipo muscular específico y lo tiene. Al producir tanta energía en una unidad de tiempo tan pequeña, puede tener una rotura, pero pienso más que está en una fase en que le han caído dos lesiones seguidas y no hay que pensar más allá", indicó. Pero Aimar sí ha pensado más allá. Está tocado anímicamente como se vio el sábado en el banquillo de Mestalla, donde apenas podía contener las lágrimas. Impotente por no haber podido medirse este curso a algunos de los grandes rivales -Barça y Atlético de Madrid y parte del Madrid y el Depor-, justo cuando él, con más espacios, se encuentra más a gusto en el campo. Y si echa la vista atrás, aún tiene más motivos para lamentarse: no ha disputado más de tres partidos completos seguidos desde que aterrizara en el Valencia, en enero de 2001, procedente del River Plate, que cobró unos 24 millones por su traspaso.

Su progresión desde que llegara a España, con 21 años, ha sido evidente: marcó dos goles ese primer ejercicio, cuatro en el segundo y ocho en el tercero. Pero a su vez ha estado lastrada por la interrupción. Las causas son diversas y han variado con el tiempo. Primero fue el lógico periodo de adaptación y las reticencias ante un chico tan joven del técnico, Héctor Cúper. También las reiteradas llamadas de la selección argentina. Así, en su primera campaña, Aimar sólo disputó 10 encuentros -ocho como titular-, y no pudo sumar más de dos partidos completos y seguidos. Su segundo curso, el 2001-2002, fue bastante más prolífico para él: actuó en 33 encuentros y 23 de ellos como titular, un 65,1 % del tiempo en que el Valencia conquistó la Liga. Eso sí, al igual que en la campaña anterior, tan sólo pudo encadenar dos choques enteros sin interrupción.

Asimismo, hubo de superar en ese segundo ejercicio las exigencias del nuevo entrenador, Rafa Benítez, que quiso que cambiara su forma de jugar, que la europeizara. Lo logró. Y tanto en la pasada campaña -participó en un 71,1 % del tiempo- como en la presente ha conseguido aumentar la cifra de partidos consecutivos completos hasta dejarla en tres. Que tampoco es mucho. Más bien poco. Esta vez son las lesiones y el corazón las que han minado su continuidad.

Aimar, el sábado, abandona lesionado el campo ante la mirada de Benítez.
Aimar, el sábado, abandona lesionado el campo ante la mirada de Benítez.DIARIO AS

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