"El PP ha demonizado todas las opciones nacionalistas democráticas"

La dura batalla interna para renovar la cúpula de su partido estuvo a punto de costarle el escaño. Sin embargo, y por tercera vez consecutiva, Margarita Uria (Bilbao, 1953) seguirá siendo la única representante femenina del PNV en el Parlamento.

Pregunta. En un principio le apartaron de las listas, ¿Fue un error o una injusticia?

Respuesta. No, ninguna de las dos cosas. Yo entiendo que los partidos tienen derecho a querer cambiar de caras. Después, al ser propuesta en el número de juntas suficientes se me rescató, pero no lo viví de forma dramática.

P. Los periodistas le dieron dos veces (1997 y 2000) el premio Cánovas, al Diputado más Trabajador. ¿Es tan currante como realmente afirman nuestros colegas?

"Rajoy y Zapatero suscitan muchas dudas para quienes creemos en el autogobierno"

R. Me gusta mucho lo que hago. Y sí, sí creo que soy currante.

P. ¿Cuál sería su balance de estos cuatro años de legislatura?

R. Me han parecido tremendos. Con la mayoría absoluta del PP hemos padecido una grave involución democrática.

P. ¿Qué espera de estas elecciones y de la próxima legislatura?

R. Espero que a mi formación política le vaya como debe irle en relación con el mensaje sensato, coherente y constante que trasladamos a la sociedad. Llevamos mucho tiempo, somos un partido antiguo, tenemos un modelo claro trasladado a la sociedad, y vamos cosechando una continuidad en el respaldo que nuestros proyectos suscitan. La presencia de los nacionalismos de una forma importante en el Congreso de los Diputados, aprobada por la Constitución durante la transición, fue un acierto. Que estas voces sean oídas tienen un gran valor democrático.

P. ¿Quién le gustaría que gane las elecciones, Rajoy o Zapatero?

R. Los dos suscitan tremendas dudas para quienes tenemos creencias en un modelo con fuerte autogobierno propio.

P. ¿Que reproches le haría al PP?

R. Al Partido Popular el haber demonizado todas las opciones nacionalistas democráticas Además ha utilizado todos los instrumentos posibles, incluso el Poder Judicial, para poner en marcha una maquinaria que permitiese frenar los proyectos políticos nacionalistas. Ahora, también al nuevo proyecto catalán.

P. La campaña es decepcionante y de poco nivel. ¿Es así?

R. A mí me parece de una vulgaridad extraordinaria. Tengo muy poca fe en las campañas electorales. Pienso siempre que es el momento en el que más se vulgariza el mensaje de una formación política. Prefiero que la gente se fije en las trayectorias, en la constancia de un mensaje.

P. Pero en este momento se añade un problema más grave, el terrorismo ha entrado en la campaña, y el PP está centrando la suya en la entrevista entre Carod y ETA ¿Cree también como nacionalista vasca, que se puede dialogar con la banda terrorista?

R. Tengo el convencimiento que en la situación actual es perfectamente imposible. Pero en todo caso con independencia de que creo mucho en la acción policial y en la acción de los tribunales, evidentemente, también tengo la sensación de que además de las acciones policiales y judiciales, tendrá que haber algún tipo de conversación, aunque sólo sea para hablar de armas y presos.

P. ¿Percibe usted que estamos cerca del final de ETA?

R. No me gusta hacerme expertas en las materias en las que no lo soy. Por definición el mundo de ETA es un mundo absolutamente opaco, pero analizada la trayectoria de los últimos tiempos, viendo los errores, las detenciones y la posible infiltración, sí da esa sensación.

P. La "bronca" catalana ha desviado la atención política, nadie habla del plan Ibarretxe después del intento fracasado del lehendakari y de su partido de llevar el tema a la Mesa del Parlamento, es decir, de llevarlo a debate en plena campaña electoral. ¿Cree que era oportuna esa iniciativa?

R. Otras formaciones políticas se han opuesto y se ha decidido lo que se ha decidido, pero yo desde luego no veía ningún impedimento en que el calendario en el Parlamento Vasco fuese el calendario para que cualquier proyecto de ley o cualquier iniciativa legislativa de la magnitud que éste pueda tener, siga su curso sin estar paralizado por unas elecciones generales.

P. Cuando la mitad de la población parece estar en contra de ese plan, cuando todavía miles de vascos siguen amenazados, ¿cree usted que el plan debe ser un objetivo prioritario para el PNV? ¿No sería mejor aparcarlo en estos momentos?

R. Es que esa teoría que también se ha extendido de que el plan divide, no la tengo tan clara. La presentación del proyecto en sí, es simplemente un instrumento para el debate, no tengo la sensación de que divida de una manera tan clara. En todo caso toda opción política, todo proyecto político es el que consigue los votos...

P. ¿Pero puede incrementar la confrontación y la crispación?

R. Salvo que se esté aireando que el plan es secesionista, que es para marginar a la mitad de los ciudadanos, pero como creo que en el plan eso no está, es una acusación falsa. Y lo que crispa es esa venta fraudulenta.

P. Lo que se percibe es que se presenta como imposición, y que no hay posibilidad de debate si la oposición se opone.

R. O sí. Las formaciones políticas han presentado enmiendas, y si se entra en el debate, se podrá establecer exactamente que es lo que podría ser aceptado o revisado para algunos partidos.

P. ¿Cómo se pueden reconducir las relaciones políticas en el País Vasco?

R. Muchas veces se intenta dar una imagen de crispación mucho mayor de la que en realidad existe, y me parece que la visceralidad, la capacidad de insulto, de menosprecio institucional al que se ha llegado por parte de algunas formaciones políticas es mucho más grave que lo que luego se da a otros niveles. Me parece también que quizás otros hemos pecado de poca afectividad o de dar poco calor a quienes viven amenazados, bien por tener determinadas opciones políticas, bien por desempeñar determinadas profesiones. Debiéramos trasladar a la sociedad la idea de que la violencia es un mal que corroe el sistema político de una manera importante en la medida en la que nos lleva a ver como normal ciertas circunstancias que yo creo que no lo son.

P. Su partido no está muy habituado a la autocrítica, pero sí a esa falta de debate que el mismo Josu Jon Imaz reconocía hace poco, ¿no cree que por ejemplo se tenía que haber sido más crítico con el Pacto de Lizarra?

R. Interiormente no ha faltado el debate ni la autocrítica y creo que en aquel momento se hizo bien en emprender ese camino. Luego resultó lamentable y se puede decir ahora que no condujo a ninguna parte. Lizarra quedó donde quedó.

P. El proceso de renovación de la cúpula del PNV ha dejado heridas sin curar.

R. En momentos electorales como ahora los rasguños no se están notando en absoluto, el partido en sí lo veo muy firme y muy sólido.

P. Después de Iñaki Anasagasti le gustaría ser la portavoz de su partido en el Congreso?

R. No, cada uno debe ser consciente de para qué sirve. Prefiero lo sectorial, las áreas concretas en las que por supuesto también hago política.

P. ¿Si se lo pide el partido?

R. No creo que me lo pida.