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El PP le gana al PSOE el centro político

El sondeo preelectoral del CIS presentado en Madrid el viernes pasado abre la espita de las especulaciones preelectorales. Cuatro días interrumpidos de encuestas que agotarán el plazo legal que prevé una Ley General Electoral que no entiende de esa ciencia moderna, la demoscopia, y que en otros países llega hasta la misma vigilia de las elecciones.

El CIS prevé una ajustada mayoría absoluta a favor de Mariano Rajoy, el candidato más valorado en el sondeo, a pesar de perder 7 escaños de los 183 ganados por José María Aznar en marzo de 2000. Sin embargo el estudio demoscópico ofrece datos menos optimistas para el partido del Gobierno, como es el deseo de cambio que refleja y que va a mantener, muy probablemente, la incertidumbre sobre el resultado final hasta la misma noche del día 14.

El sondeo refleja la sensación que José Luis Rodríguez Zapatero no hará un mal papel. Obtendría 6 diputados más que Almunia en 2000 y se mantendrá como líder de la oposición con el apoyo de su partido y la esperanza de dar un vuelco a los resultados en las próximas elecciones. Se confirma, también, la subida más que previsible de ERC a costa del PSC; del PNV a costa del antiguo voto HB; de IU y el mantenimiento de CiU.

También incluye otros datos muy interesantes para interpretar las claves de la actual política española. En efecto, el 68% afirma que la situación general en España es regular o mala. También, el 66% afirma que la gestión personal de José María Aznar es negativa; en este caso hasta el 12% de los electores potenciales opina que ha sido muy mala. Y cuando los encuestados responden a la pregunta "¿Quién le gustaría que ganase?", el PSOE le saca dos puntos al PP: el 34% frente al 32%. Sin embargo, al preguntar por quién piensan que será el partido que va a ganar las elecciones, el PP le saca más de 50 puntos al PSOE: 63,4% piensa que va a ganar el PP y 11% el PSOE.

Llegados a este punto, un dilema aparece: o el sondeo está mal hecho, percepción dudosa en el caso de los estudios preelectorales del CIS, o quiere decir algo que hay que muñir de los datos. Y el sondeo revela su secreto cuando se analiza la pregunta 26 que responde a la autoubicación de los electores en la escala izquierda-derecha. De su análisis se deduce fácilmente una conclusión: que el PP le ha ganado al PSOE la mano en el centro en una impresionante proporción: 12 por 1 elector. O lo que es lo mismo, a poco menos de un mes de la cita electoral, el PSOE seguía perdiendo la batalla del centro político frente al PP.

En efecto, cuando se pregunta a los electores que revelen su autoubicación ideológica, el 33,8% se declara de izquierdas, el 35,7% de centro y el 13,2% de derechas; un 17,2 no declara su ideología y suele abstenerse siempre. En proyección sobre el censo electoral, 11,7 millones se declaran de izquierda, 12,1 millones de centro y 4,9 millones de derecha. 5,9 millones no revelan su ideología o son indiferentes. Y si ahora ubicamos la estimación de voto practicada por el CIS en su estudio, se revela el secreto: el PSOE obtiene 8,7 millones de votos en la izquierda y 0,5 millones de votos en el centro, mientras el PP obtiene 4,6 millones de votos de la derecha y 6,4 millones de votos en el centro. Esto es, en el centro político, 12 electores del PP por uno del PSOE.

La estimación está hecha sobre un trabajo de campo iniciado el 24 de enero y finalizado el 15 de febrero que anticipa una menor abstención que en marzo de 2000, 24,9% frente al 30,3%, con un aumento del censo electoral superior a 0,5 millones de nuevos electores. Lo que se traduce fácilmente en una movilización de 1,6 millones de abstencionistas de izquierdas de hace cuatro años. De ellos, 1,3 millones que irían de nuevo a las urnas a favor del PSOE movilizados por el encanto de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero un encantamiento personal que no ha prendido en los electores del centro político, a pesar de sus valoraciones políticas: 1,3 frente a 0,5, no llegan ni a la mitad. Ese es el dato: José Luis Rodríguez Zapatero no logra desalojar al PP, a Mariano Rajoy, del centro político. Y mientras persista esta situación tenemos PP para rato.

Sin embargo el sondeo refleja otra realidad muy interesante. A tener en cuenta, sin duda. Se trata de la consolidación del voto nacionalista no español: más del 10% del voto presente en un hipotético Congreso de los Diputados anticipado el 15 de febrero, en plena crisis "republicana", correspondería a partidos o coaliciones nacionalistas catalanas, vascas, gallegas, aragonesas, canarias o andaluzas; en conjunto obtendrían 33 diputados. El resto de opciones nacionalistas y regionalistas que se quedarían fuera de esa hipotética Cámara alcanzaría el 3% de los votos, 1 diputado más. El bloque político formado por nacionalistas y regionalistas de la España plural podría llegar a ser la tercera fuerza parlamentaria. Por cierto, ¿dónde van a parar los votos de Unión Valenciana en la provincia de Valencia? El CIS desliza un dato: el 2,9% del voto de la provincia de Valencia hubiera votado esa opción regionalista, ahora autoexcluida de ese bloque parlamentario. Más de 50.000 valencianos sin candidatura. Lo que vayan a hacer esos valencianos el 14-M puede que sea la clave de lo que le ocurra a un escaño del PP en la provincia de Valencia. ¿Qué cosas, verdad?

Josep María Felip es profesor de la Universitat de València.

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