Rajoy acepta regenerar el diálogo sin romper la sociedad o legitimar a ETA

Las chanzas y los retos a los socialistas quedaron ayer aparcados de la campaña de Mariano Rajoy. El candidato del PP optó en Bilbao por pormenorizar el decálogo de su "compromiso con País Vasco". Como los mandamientos, el decálogo se resume en dos: España y libertad, con el PP como "única alternativa" en el País Vasco. "Sabéis muy bien que España es la única garantía de vuestra libertad", dijo a los suyos. Antes prometió "regenerar el diálogo político", en el bien entendido de que "negociar para excluir no es dialogar, es excluir" y "sentarse con los terroristas" es "legitimar el terrorismo".

"España es el oxígeno del País Vasco, el aire donde esta tierra se puede desarrollar con total libertad y normalidad. Porque la única libertad del País Vasco viene de la España constitucional", proclamó Rajoy en el palacio de Euskalduna, que ayer llenó su auditorio y una sala anexa con pantallas para seguir al candidato popular. Ésa fue la conclusión de los "10 compromisos con el País Vasco" que Rajoy detalló para pedir el voto con el objetivo de "ganar la libertad el próximo 14 de marzo".

Su "primer compromiso" fue "con las víctimas del terrorismo y sus familias". Afirmó que está, "incondicionalmente, a su entera disposición". El segundo es la "lucha contra el terrorismo": una "prioridad" para "conquistar la paz". Y esa paz significa "la derrota de ETA". Ahí Rajoy recogió uno de los argumentos que reitera el líder de los populares vascos, Jaime Mayor Oreja. Como él, Rajoy defendió que ETA "utiliza el miedo y el crimen para impulsar y liderar la ruptura de la España democrática". La afirmación de Mayor, ayer mismo como telonero de su líder, fue: "ETA nació para el terror y para la ruptura. Por eso, no se puede ser firme contra el terror y débiles contra la ruptura".

El tercero es "la Constitución" como alternativa a "un plan de ruptura", es decir, el plan Ibarretxe. Rajoy afirmó que ese plan "será derrotado" y ese "fracaso político" llevará "finalmente al nacionalismo a la oposición".

La derrota del plan Ibarretxe no significa, según Rajoy, ninguna pérdida ni de autonomía ni de autogobierno. "Creo en la autonomía como fórmula de convivencia", declaró. La diferencia que el candidato del PP reclamó consiste en transformar el eslogan de "más autonomía" por otro que defienda "mejor autonomía". Según él, "el 'más autonomía' es una fórmula política que acaba conduciendo a la obsesión insaciable por la modificación de los marcos jurídicos políticos". A cambio, la "mejor autonomía" se ocupa de "los problemas reales" de la gente, para "lo que están los políticos".

El cuarto es "el compromiso de regenerar el diálogo político". Rajoy mantuvo que ese concepto "ha sido falsificado y adulterado por el nacionalismo vasco" porque pretende hacer lo contrario de lo que dice: no dialogar, sino excluir; no negociar, sino romper la sociedad. El líder popular esgrimió que esa "regeneración del diálogo" lo será también de la "ética política, de la moral pública y de la decencia" en política.

Como quinto compromiso dijo que el Estado garantizará su "presencia del Estado en el País Vasco". Eso, enfatizó, significa "presencia y prestigio de la ley" e implica también "respeto escrupuloso a las instituciones y a los símbolos amparados por la legalidad vigente". Rajoy criticó la opción contraria: "El síntoma de mal entendida inteligencia política que mira hacia otro lado ante el incumplimiento o el escamoteo de la ley".

El sexto fue ofrecer al PP como única alternativa de cambio político en el País Vasco. "Somos el único partido que es alternativa política al nacionalismo. Queremos y creemos en la alternativa. No nos vamos a cansar y no desfalleceremos", aseguró en medio del aplauso de sus militantes.

El séptimo -"la normalidad"- es un compromiso que reitera en cada mitin. "Creo en la vida normal de la gente normal". Y, según él, esa gente normal ahora "no puede vivir normalmente en el País Vasco".

El octavo también es una música diaria en los mítines del PP: la mejora del bienestar como máximo objetivo político. "Ojalá sólo hubiera tenido que asumir aquí este compromiso", exclamó.

El noveno y el décimo compromiso de Rajoy en el País Vasco son "España" y "la libertad". Los contó como un todo y fueron los más aplaudidos. Aún más, según él, los dos son "las dos caras de una misma moneda: la España Constitucional".