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Crónica:FÚTBOL | 27ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Vicente tumba a un gran Depor

Pese a estar con uno menos durante 70 minutos, el equipo de Irureta jugó mejor que el Valencia

Vicente se sobrepuso a la mediocridad de su equipo para derribar a un notable rival. Un Deportivo que jugó 70 minutos con uno menos. Y no cualquier jugador menos. Se trataba de Mauro Silva. Pero apenas se notó hasta el final. Fue mejor que el Valencia en buena parte del encuentro. Sobre todo en la segunda parte, cuando dispuso de la iniciativa, la pelota y las ocasiones. Demostró su tremenda categoría, pero se quedó sin premio. Primero por una serie de errores defensivos que le pusieron el partido muy empinado. Después porque se encontró con la gran defensa del campeonato, la del Valencia, además de un soberbio Cañizares. Y, por supuesto, porque Vicente está imparable.

Benítez le pidió al capitán Albelda que tirara del carro, pero el que tomó las riendas fue Vicente, decidido este curso a asumir responsabilidades. La primera es desbordar. Tanto si empieza a bailar por la derecha, a pie cambiado, y supera a Romero, cuya falta la ve el árbitro, erróneamente, dentro del área. Como si se cambia de flanco, se instala en su hábitat natural y martiriza a Manuel Pablo a golpe de cintura.

VALENCIA 3 - DEPORTIVO 0

Valencia: Cañizares; Curro Torres, Ayala, Marchena, Carboni; Rufete, Albelda, Baraja (Sissoko, m. 66), Vicente; Aimar (Sánchez, m. 31); y Mista (Angulo, m. 80). Deportivo: Molina; Manuel Pablo (Duscher, m. 76), César, Andrade, Romero; Sergio, Mauro Silva; Scaloni, Valerón, Luque (Fran, m. 60); y Pandiani (Tristán, m. 72).

Goles: 1-0. M. 22. Vicente, de penalti.

2-0. M. 91. Vicente, solo, cruza ante Molina. 3-0. M. 93. Sánchez, de cabeza a pase de Vicente.

Árbitro:Esquinas Torres. Expulsó a Mauro Silva (m. 21). Amonestó a Romero, Vicente, Marchena y Sissoko.

Unos 40.000 espectadores en Mestalla. Molina detuvo un penalti lanzado por Baraja (minuto 10).

Ayer, además, contó con una ayuda inesperada: Carboni, que le dobló con profusión ante el entusiasmo de la grada, alucinada ante este chaval que dentro de dos meses cumplirá 39 años. Suyo fue un excelente centro combado que cambió el rumbo del encuentro. El plátano dejó solo a Mista ante Molina, que rechazó el remate y, cuando Aimar llegaba para embocar, Mauro Silva lo arrolló por detrás. Penalti y expulsión del medio centro brasileño con la mirada compasiva del árbitro, al que le supo mal aplicar el reglamento. Claro que, lesionado el verdadero especialista -Jorge López-, el Valencia sufrió su maldición ante los penaltis a favor. No hay quién se atreva. Y menos después de que ayer volviera a fallar Baraja, que lo tiró mordido, poco ladeado y sin apenas fuerza. Mal. A diferencia de Mendieta, por ejemplo, que lanza los penaltis con la mirada clavada en el portero, a ver por dónde respira, Baraja grapó la vista al suelo, de modo que Molina lo tuvo fácil. Y, sin embargo, el portero sólo despejó el balón, por lo que hubo de llegar velocísimo Andrade para barrer el cuero anticipándose a Baraja, que estaba más cerca.

El Valencia desaprovechó así el regalo arbitral. Vicente, en cambio, sí mantuvo la mirada alta en el penalti que decidió tirar. Y clavó la pelota junto a la escuadra izquierda de Molina, que adivinó otra vez la dirección del tiro pero no la alcanzó. En el duelo entre los dos zurdos más en forma de la Liga -Vicente y Luque- ganó ayer el extremo valenciano.

Ante la indignación de Irureta, la defensa del Depor hizo aguas desde el inicio. Hasta en tres jugadas consecutivas, les ganaron la espalda a los zagueros deportivistas. Bastaron tres pases largos. La expulsión de Mauro Silva estuvo lejos de finiquitar el partido. El Depor se aferró a la varita de Valerón y a la zancada de Luque para seguir vivo. El Valencia, a su vez, perdió a Aimar, que se quedó llorando en el banquillo tras salir del campo lesionado por un tirón en el bíceps. El media punta argentino sale de una lesión y entra en otra, sin tiempo para atrapar el ritmo adecuado. Y eso explica su desolación. Por él entró Sánchez, que sólo había disputado 61 minutos de Liga pero que venía crecido tras marcar un gol decisivo el miércoles en Estambul. Lo volvió a aprovechar. Volvió a afilar su instinto. Marcó en el último instante.

Tras el descanso, nadie diría que el Deportivo estaba en inferioridad numérica. La compensó por clase y por orgullo. Llevó incluso la iniciativa y Valerón participó mucho en el juego, con todo lo que eso significaba para el Depor: mandar en el encuetro. Irureta retiró a Luque y buscó la técnica zurda de Fran. De ella partió el magnífico centro que César cabeceó potente y cercano, pero se topó con la agilidad de Cañizares.

El Valencia no hizo buenas migas con la pelota. La perdió con facilidad. Sólo Vicente seguía superando a Manuel Pablo como única opción realmente ganadora en los valencianistas. Tan mal lo vio Benítez que recurrió a Sissoko para tratar de barrer el perdido centro del campo. Sustituyó a Baraja, muy cansado. Era un apuesta defensiva y los dos equipos leyeron el mensaje: avanzaba el Depor; retrocedía el Valencia.

Todo eso lo vislumbraba mejor que nadie Molina, que exaltaba a sus compañeros desde su privilegiada perspectiva. Irureta echó más madera en Mestalla al introducir a Tristán. El público se enfadó con sus jugadores: no entendía por qué el Depor se subía a las barbas de su equipo. Así que Marchena le suplicó a la grada que comprendiera su debilidad, pero no. Mestalla sacó pañuelos de protesta a sus jugadores hasta que otra vez Vicente -ocho goles en la Liga- volvió a aparecer y acabó por golear al pobre Depor. No lo había merecido.

Mauro Silva, Molina, Mista, Aimar y Andrade, en la jugada del segundo penalti favorable al Valencia.
Mauro Silva, Molina, Mista, Aimar y Andrade, en la jugada del segundo penalti favorable al Valencia.EFE

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