"El ICS es un gigante con pies de barro por falta de inversión"
El nuevo Gobierno de la Generalitat ha heredado del de CiU un sistema sanitario público que el nuevo gerente del Instituto Catalán de la Salud (ICS), Raimon Belenes (Palma de Mallorca, 1952), define como un gigante con pies de barro. Para Belenes, no deja de ser paradójico que la sanidad catalana ofrezca "buenas prestaciones y una medicina de excelencia en unas infraestructuras que a veces rozan el tercermundismo". La causa está en la "fuerte descapitalización" que han sufrido los equipamientos del ICS en los últimos años, en especial los ocho grandes hospitales públicos catalanes, que, con una antigüedad media de 27 años, han recibido menos de la mitad de las inversiones que los expertos consideran necesarias.
"Tenemos el sistema de hace 20 años, muy rígido, burocrático y poco flexible"
"Hay que actuar con urgencia o algún día las instalaciones se nos caerán a trozos"
Pregunta. ¿Puede concretar la magnitud de la descapitalización?
Respuesta. Disponemos ya de datos realmente preocupantes. Entre 1991 y 2003 se invirtieron 40 millones de euros anuales, una cifra claramente insuficiente para una red de equipamientos formada por 280 centros de atención primaria y ocho grandes hospitales con más de 20 años de antigüedad. Pero hubo un periodo crítico, yo diría que nefasto, entre 1995 y 2000, en el que la inversión anual fue de sólo 25 millones de euros. Los expertos consideran que la inversión necesaria tenía que haber sido, como mínimo, el doble de la realizada. El problema se agrava porque, en un periodo de escasez de recursos, el anterior Gobierno dio prioridad a la inversión allí donde tenía más vistosidad y no donde realmente era necesario.
P. ¿Cómo va a subsanar el nuevo Gobierno esta situación?
R. Estamos diseñando planes de recapitalización a 15 años vista. El tamaño de la necesidad es tal que no puede ser un objetivo de una legislatura, sino de tres o cuatro como mínimo. Nos hemos propuesto el objetivo de tender a una inversión anual de 100 millones de euros para poner al día en un plazo de 14 o 15 nuestra red de centros hospitalarios y de atención primaria.
P. ¿De dónde saldrá el dinero?
R. Ésta es una cuestión angustiosa y preocupante, pero debe abordarla el Gobierno de la Generalitat y no el gerente del ICS. Habrá que revisar el modelo de financiación de la sanidad y buscar soluciones imaginativas. En cualquier caso, alguna cosa habrá que hacer con cierta urgencia porque, de lo contrario, algún día las instalaciones se nos caerán a trozos y ello restaría legitimidad al sistema sanitario público.
P. ¿Figura entre sus objetivos la reforma del ICS?
R. Es una de mis prioridades y no quiero concluir la legislatura sin un proyecto de reforma aprobado. Creo que ésta es una de las grandes cuestiones pendientes de la sanidad pública catalana, que ha sido objeto de debate en los últimos ocho o nueve años sin que se hayan dado pasos efectivos porque ha faltado voluntad política. El ICS, con 1.900 millones de euros de presupuesto, 34.000 profesionales, el 78% de los centros de primaria y 8 hospitales, es una estructura importantísima para el correcto funcionamiento de la sanidad pública. El problema es que el modelo de gestión del ICS no ha evolucionado. Tenemos el mismo sistema de hace 20 años, muy rígido, muy burocrático y poco flexible. Cualquier cambio cuesta mucho porque requiere una negociación transversal con otros departamentos de la Generalitat.
P. ¿Qué cambios introducirá? ¿Cómo afectarán a los usuarios?
R. La consejera Marina Geli ya ha señalado el camino. Queremos que la sanidad sea realmente un servicio de proximidad y para ello daremos más autonomía de gestión a nuestros hospitales y a nuestros centros de atención primaria, con el fin de que tengan mayor poder de decisión para responder mejor a las necesidades de sus usuarios. Queremos sustituir los equipos directivos de nuestros hospitales, que tienen funciones muy limitadas, por órganos de gobierno como los que existen en el resto de los hospitales, en los que estarán representados los ayuntamientos correspondientes y posiblemente los sindicatos y la sociedad civil. Si las decisiones sobre los problemas del centro de atención primaria de Tremp o del Hospital de Girona se toman de forma centralizada en Barcelona, no cumplimos eficazmente con nuestra misión, porque estamos alejados de estos territorios y tardamos demasiado en adoptar las medidas.
P. ¿Van a sustituir los actuales equipos directivos?
R. Es un proyecto a medio plazo. Algunos directores continuarán, pero sí se realizará algún cambio en las próximas semanas en algunos hospitales, de los que la consejera Geli informará en su momento. En cualquier caso, quiero dejar claro que los nuevos cargos se nombrarán en función de sus habilidades profesionales y no de su afiliación política.
P. ¿Por qué cree que el anterior Gobierno no emprendió esta modernización del ICS pese a considerarla necesaria?
R. No quiero hurgar en el pasado, pero sí quiero decir que no se ha hecho porque ha faltado algo de voluntad política para afrontar un problema cuya resolución no es fácil. Además, creo que ha habido resistencias internas y externas al cambio, porque se teme que una mayor flexibilidad en el sistema de gestión signifique un menor control del gasto público y abrir las puertas a nuevas deficiencias presupuestarias. También ha habido un cierto miedo a lo desconocido. Ello ha creado una paradoja: casi todo el mundo está de acuerdo en que hay que transformar el ICS, pero no se han dado pasos efectivos para lograrlo.
P. ¿Se paralizarán los polémicos planes del Gobierno de CiU de ceder la gestión de los ambulatorios a entidades ajenas del ICS?
R. Lo que sí es seguro es que no tomaremos decisiones sobre este tema durante este primer año. También puedo asegurar que vigilaremos muy de cerca, mucho más de lo que se hizo anteriormente, para evitar una mercantilización de la actividad sanitaria sin control y garantizar que la diversidad de modelos de gestión que existe en Cataluña redunde en una mejora de todos ellos y no sirva para establecer agravios comparativos entre los usuarios atendidos en un sistema o en otro.
P. ¿Puede concretar ya las medidas de choque contra las listas de espera anunciadas por la consejera?
R. Lo haremos en los próximos días. De momento, puedo avanzar que en los próximos días los pacientes empezarán a recibir un certificado en el que constará que están en lista de espera desde el primer día, y no desde tres meses después de solicitar la asistencia como se hacía hasta ahora para acortar artificialmente los tiempos de espera. Dejaremos de hacer trampas infantiles para maquillar la realidad.
P. Al margen de unas infraestructuras descapitalizadas, el nuevo Gobierno se ha encontrado con unas plantillas de médicos muy desmotivados. ¿Tienen soluciones para este problema?
R. Creo que gozaremos de una cierta paz social tras la firma de los acuerdos del nuevo modelo retributivo para los profesionales del ICS y la XHUP, la red hospitalaria concertada. Se han logrado no sólo mejoras salariales, sino también de expectativas profesionales, con la introducción de la carrera profesional. Creo que los facultativos están quemados, y no sólo en Cataluña, sino en toda España, en gran parte porque la profesión ha perdido la relevancia social que tenía hace unas décadas y porque sus salarios, pese a que han mejorado, están muy por debajo de los de sus colegas de Estados Unidos u otros países europeos. Desde la Administración podemos contribuir a motivar a nuestros facultativos dándoles herramientas para que se promocionen profesionalmente y para que puedan intervenir en la toma de decisiones de sus centros.
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