Barricada potencia las guitarras y las melodías de rock 'natural' en su disco 'Hombre mate hombre'
Pasados 22 años desde que ensayaran en una bajera del barrio pamplonés de La Chantrea, el grupo Barricada sigue en activo y con arrojo para plasmar su inalterada energía en su 16º elepé, que salió ayer a la venta. Guitarras eléctricas en primer plano y un esfuerzo por recalcar melodías presiden Hombre mate hombre (Dro East West), un trabajo que sucede en el tiempo a Bésame, su álbum menos vendido, y sólo pretende ser una muestra de rock "lo más natural posible". El próximo día 12 comienza una gira en Aqualund (Madrid).
Es cierto que los tiempos en que Barricada cosechaba discos de oro (50.000 ejemplares vendidos) y platino (100.000) han quedado en la lejanía de los noventa, pero esa contingencia no ha minado su ánimo. El aterrizaje ha sido plácido. "Creo que parte del éxito y la duración de Barricada es que sabemos que en un grupo de rock and roll, si quieres estar muchos años en esto, tienes que tener muy claro que no es una historia en la que siempre se puede estar arriba. Es una historia de altibajos. Además, ahora tampoco tienen tanta relación como antes las ventas de discos con las actuaciones, que al final es lo que te mueve", declara el guitarrista Alfredo Piedrafita.
Como buen rockero, el navarro está acostumbrado a nadar contracorriente "y dar de cabeza contra la presa, como los salmones", pero no descarta que Hombre mate hombre les devuelva a la parte noble de las listas de ventas. Aunque para lograrlo no hacen un especial esfuerzo por renovar su propuesta y dan prioridad a sus principales señas de identidad: "Una canción de Barricada debe durar menos de cuatro minutos, tener riffs de guitarra, melodía y un estribillo cantable".
Quedan atrás los tiempos de La araña e Insolencia, álbumes en los que mostraban mayor afán experimentador y "se notaban más influencias externas". En esta ocasión han evitado todo barroquismo con la consigna básica de potenciar el sonido de sus guitarras eléctricas y, en compensación, exprimir las melodías. "Guitarreros son todos nuestros discos, pero otras veces, a base de efectos y otras cosas, se perdía un poco esa historia. Esta vez queríamos un disco más de guitarras crudas y más natural. Están menos perdidas entre efectos, igual que las voces, la mayoría de las cuales están grabadas en la primera toma", asegura Piedrafita, quien ahora sostiene que "una canción tiene que ser algo cantable y, sobre todo, melódico".
El título está inspirado "en toda la movida de la guerra, la situación del pueblo palestino, la típica historia del pensamiento único; siempre hay una persona que traza la línea para que un hombre mate a otro hombre".
Babelia
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