Tristante se confunde
Motta buscó anoche hecho un guiñapo, triste y cabizbajo, el autocar que debía llevar a la expedición del Barça hasta el aeropuerto. Ni siquiera la victoria de su equipo pudo con la sensación de injusticia que le acompañó, camino de los vestuarios, llegado el minuto 75 del partido, tras mostrarle Tristante Oliva la segunda amarilla. Dos tarjetas, dos equivocaciones: en la primera, la falta la hizo Cocu y en la que le costó la expulsión, fue Oleguer, número 32 del equipo, el jugador que derribó a Valerón cerca de la frontal del área. Motta lleva el 23 y según muchos ésa puede ser la razón que llevó al árbitro a equivocarse después de consultar con el linier, "que para algo es humano", apuntó Puyol tratando de restar trascendencia al fallo.
"Hemos tratado de animar a Motta en el vestuario", confesó Gerard, que reconoció que el centrocampista estaba tocado, porque por la broma y "el cachondeo dentro de la victoria no le compensaban". "No eran para mí ni una ni otra", se lamentó el centrocampista italobrasileño camino del autocar, al referirse a las amonestaciones. Fue su única frase. Su cara hablaba de la desesperación que le causó su tercera expulsión en esta Liga, tras las sufridas en el Calderón y Anoeta.
"Vamos a recurrir porque es evidente que en la primera acción la falta la hace Cocu y en la segunda han confundido el dorsal", explicó Carlos Naval, delegado del equipo, que vio también cartulina amarilla. Como la vio también Rijkaard, el entrenador azulgrana, que acertó al pensar en el descanso que el partido se podía complicar en el segundo tiempo. "Por esa razón quité a Davids", argumentó, justificando la sustitución del holandés. "Tenía una tarjeta y preferí prevenir". Maldita la hora, debía de pensar Rijkaard. A Tristante Oliva, el árbitro murciano, de 42 años y funcionario de profesión, le debía de pasar por la cabeza idéntico pensamiento, pero pensando en el ordenador, que le hizo reaparecer, precisamente, en un partido de empaque, tras lo mucho que se habló de su actuación hace dos semanas en Madrid-Valencia, cuando pitó penalti de Marchena contra Raúl.
"Para ayudarles hay que dejarles en paz", dijo Oleguer. "Pita lo que ve y se equivocó", consideró Puyol. "Nos ha venido bien, se ha enfriado el partido en un momento complicado" acabó Luis García.
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