El presidente de Murcia pide disculpas a Maragall por si se sintió "ofendido"

El presidente de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, del PP, pidió ayer disculpas en una carta al presidente de la Generalitat de Cataluña, el socialista Pasqual Maragall, "si se ha sentido ofendido" por las declaraciones en que Valcárcel dijo: "Entendería la oposición de Maragall

[al trasvase del Ebro previsto en el Plan Hidrológico Nacional] si habláramos de vino, porque bebe muchos hectolitros al día". Las polémicas palabras de Valcárcel se sumaban a las de los ministros de Defensa (sobre Marruecos) y de Administraciones Públicas (sobre ETA y la alianza PSOE-ERC). Esto permitió al portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, proclamar que "votar a Rajoy es respaldar las vilezas de Valcárcel, Trillo y Valdecasas".

En la carta, enviada por fax, el dirigente murciano "exige" a Maragall que "deje de ofender a los murcianos, con su actitud varias veces manifestada, de provocar situaciones de tensión con afirmaciones relativas al mal uso del agua en la Región de Murcia". Valcárcel niega haber llamado borracho a Maragall, y alega que sus palabras equivalen "a frases tan conocidas y empleadas como ni harto de vino o ni borracho se puede negar el agua del trasvase

a la cuenca del Segura por el mal uso que de ésta hacen los murcianos, como sostiene el presidente catalán".

Reproches de Valcárcel

Valcárcel muestra no tener "el más mínimo inconveniente en hacer públicas las disculpas", aunque subraya que nunca quiso ofender. La carta acaba reprendiendo al presidente catalán su oposición al trasvase del Ebro, que Valcárcel juzga "especialmente ofensiva" porque se justifica "argumentando despilfarro y falta de transparencia en el uso del agua".

Elvira Rodríguez, ministra de Medio Ambiente, dijo ayer en Murcia que las declaraciones de Valcárcel no deben ocultar que ERC no tiene "reparo en hablar con asesinos" y que los socialistas catalanes tampoco los tengan "en negarles derechos básicos a otros ciudadanos", en alusión a su oposición al trasvase.

Todos los partidos catalanes acogieron las palabras de Valcárcel con estupor e indignación. El PP de Cataluña las vio como un torpedo a la línea de moderación que propugna. El líder regional, Josep Piqué, advirtió a primera hora de ayer de que las palabras de Valcárcel eran "tremendamente inapropiadas. Estamos hablando del presidente de la Generalitat, que no es de mi fuerza política, pero es mi presidente como ciudadano de Cataluña". En parecidos términos se expresó el líder de CiU, Artur Mas: "Insultar al presidente de la Generalitat es inadmisible; se ha insultado a la presidencia de la Generalitat y esto no se puede permitir".

Los partidos del Gobierno catalán -PSC, ERC e Iniciativa- coincidieron en considerar las declaraciones de Valcárcel como un síntoma de que regresa "la España negra y reaccionaria", en palabras del portavoz socialista, Miquel Iceta. Republicanos y ecosocialistas exigieron incluso la dimisión de Valcárcel y pusieron sus palabras en el mismo contexto que las de la ministra de Administraciones Públicas, Julia García Valdecasas, quien también el lunes dijo que el PSOE pacta "con asesinos", aunque luego rectificó.