De la compra
Formo parte de ese gran segmento de población que por el elevado precio de la vivienda reside lejos de los centros urbanos y, por tanto, de la red tradicional de comercios minoristas. Mi mujer y yo trabajamos y sólo nos queda la posibilidad de acudir a grandes centros comerciales para efectuar nuestras compras de una sola vez y para varios días o semanas.
Aunque no abusamos de esta modalidad de comercio, las posibilidades que ofrecen las grandes superficies son tan variadas que terminan por convertirse en un servicio necesario y casi obligatorio para las miles de familias que, como nosotros, tenemos que planificar nuestras compras e, incluso, nuestros ratos de ocio.
Los responsables políticos de la Comunidad de Madrid deberían tener en cuenta estas cosas a la hora de establecer por ley la regulación de los horarios de los centros comerciales, respetando los derechos de los trabajadores y la calidad de sus puestos de trabajo, por supuesto, pero pensando un poco más en las necesidades de quienes no tenemos otras alternativas tan claras y accesibles de "hacer la compra".
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