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ELECCIONES EN IRÁN

Sólo la mitad de los iraníes respalda el llamamiento al voto de los conservadores

Jamenei considera que los resultados son una victoria sobre Estados Unidos e Israel

Los primeros resultados no oficiales de las elecciones del viernes en la República Islámica de Irán dan, como se esperaba, mayoría absoluta en el Parlamento a los conservadores afines al ayatolá Alí Jamenei. Según datos del Ministerio del Interior al caer la noche, las fuerzas hostiles a las reformas lograban 133 de los 194 escaños asignados. "Ha sido una carrera sin competidores", se quejaba Rajab Alí Mazrouli, diputado del Frente Islámico de Participación (FIP), principal grupo reformista cuya mayoría de candidatos fue descalificada por el Consejo de Guardianes.

Anoche, tras una reunión de la plana mayor del Frente Islámico de Participación, se adoptó una posición más conciliadora que la mantenida hasta ahora en vista de los resultados provisionales. Elalé Kulai, una de las diputadas descalificadas antes de los comicios, descartó la posibilidad de un fraude en el recuento de votos e indicó que la alta participación en las zonas rurales del país revela que "el sistema sigue teniendo apoyo".

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El Consejo de Guardianes, el órgano de mayor poder de la República Islámica -compuesto por seis ayatolás, designados por el guía supremo Alí Jamenei, y seis juristas elegidos por el Parlamento-, y que fue el que vetó el concurso de cientos de candidatos reformistas, se congratuló ayer de la "fuerte participación" y se mostró confiado en que se forme un "Parlamento poderoso y eficiente" que atienda fielmente sus obligaciones y "esté guiado por la espiritualidad".

Alí Jamenei, cabeza visible de los conservadores, tampoco ocultó ayer su satisfacción por los resultados y por la participación conseguida. El guía supremo la vinculó como la respuesta del "pueblo de Irán a sus enemigos", entre los que citó a Estados Unidos e Israel. "Estas elecciones, bajo el bombardeo de la propaganda enemiga, han sido más importantes aún que las elecciones organizadas durante la defensa sagrada [la guerra contra Irak en la década de los ochenta] bajo el bombardeo de nuestras ciudades", dijo.

No se ha hecho oficial aún el índice de participación, aunque los reformistas del FIP reconocían que podía alcanzar el 50% en todo el país, lejos del hundimiento que vaticinaban después de haber pedido la abstención por considerar las elecciones "ilegales". Los conservadores contestaron con una campaña en la que vinculaban la abstención a una victoria de los enemigos exteriores de la revolución, en referencia a las presiones del Gobierno de George W. Bush y a la inclusión de Irán en el eje del mal.

Los reformistas más moderados, que encabeza el presidente Mohamed Jatamí y que no tuvieron problemas con el Consejo de Guardianes para presentarse a las elecciones, confiaban en poder formar una "oposición fuerte", aunque los datos divulgados hasta ahora por el Ministerio del Interior no permiten albergar en este sentido demasiadas esperanzas. Según las cifras provisionales, los conservadores ya tienen adjudicados 133 escaños de los 290 que componen el Majlis (Parlamento), mientras que los reformistas sólo consiguen 37.

En los comicios de 2000 hubo una participación del 67% y los reformistas se llevaron el 83% de los votos. El desencanto de la población por lo poco que que se ha avanzado con esta aplastante mayoría, en cuanto a la implantación de un Estado de derecho igualitario para todos, está también detrás de la abstención del viernes.

La mayoría se ha equivocado al vaticinar que la participación sería semejante a la de las municipales de 2003, cuando acudió a votar menos del 40% y alrededor del 15% en Teherán y en las grandes ciudades. Esta vez, en la capital, la participación es del 28%, según los últimos datos.

Sistema sin partidos

En Irán no hay partidos propiamente dichos. Son coaliciones y asociaciones que se crean ante cada elección para que una serie de candidatos con una ideología o unos principios similares formen una lista electoral, pero las listas son abiertas y se puede votar al que se quiera de ellas.

También hay mucho candidato independiente que, una vez que obtiene su escaño, se alinea con el sector que más le conviene. Periodistas iraníes señalan que entre los que ya han obtenido su escaño se encuentran algunos de los políticos más duros del régimen.

Superadas las elecciones, tal vez se imponga el pragmatismo entre los integrantes del FIP como método para evitar que el peso de la justicia del régimen caiga sobre ellos, algunos de los cuales tienen pendientes penas de cárcel de más de un año por "insultos" al Consejo de Guardianes. "Los jóvenes quieren cambios rápidos, pero es necesario mantener el equilibrio entre lo que se pide y la capacidad para obtenerlo", sostiene Kulai, de 47 años.

El resultado de las elecciones va a obligar a recapacitar a conservadores y reformistas sobre sus distintas estrategias. A los conservadores, porque no les va a permitir recortar las libertades civiles hasta ahora conseguidas, y a los reformistas, sobre todo los que se han quedado fuera, porque tendrán que elegir entre si volverse más dóciles y recortar sus críticas al régimen o si radicalizarse y colocarse del lado de los estudiantes.

Aunque el FIP señala que los conservadores no tienen más que un 15% de apoyo social, lo cierto es que en Irán la población rural se acerca al 40% de la totalidad de los 69 millones de habitantes y es muy tradicional. De ahí que Kulai destacase la necesidad de que los reformistas se dediquen a "construir un puente entre modernidad y tradición, para crear una cultura civil que, después de siglos de despotismo, no existe en el país".

Según la agencia France Presse, ayer se produjeron disturbios en un pueblo del sur de Irán al conocerse el resultado de las elecciones. En Teherán, sin embargo, la normalidad es absoluta. La gente permaneció en sus casas a la escucha de los medios de radiodifusión para conocer el desenlace de las elecciones, cuyo resultados oficiales definitivos se esperan hoy.

Un clérigo vota en un colegio electoral de Teherán.
Un clérigo vota en un colegio electoral de Teherán.ASSOCIATED PRESS
Un funcionario del Ministerio del Interior, ayer durante el recuento.
Un funcionario del Ministerio del Interior, ayer durante el recuento.REUTERS

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