"Saviola da más trabajo que Ronaldo"
Ayala salió ayer crispado de las duchas de los campos de entrenamiento de Paterna, con los mechones mojados de su larga cabellera negra golpeándole los ojos. Al acercársele, podía entenderse qué siente un delantero cuando lo encarara: había que cargarse de valor. Pero todo tenía una explicación: su esposa estaba a punto de dar a luz a la que será la cuarta hija del jugador: Pilar. Así que, cuando accedió a esta entrevista tras un breve forcejeo dialéctico, el defensa argentino del Valencia, de 30 años, puso el teléfono móvil boca arriba sobre la mesa por si debía salir pitando. Y, entonces sí, durante un cuarto de hora, desplegó su exquisita cordialidad fuera del campo. Hoy se mide en Mestalla al Barcelona, que trató de ficharlo el verano pasado, en un encuentro en el que su compañero Aimar es dudoso por una molestia muscular y el azulgrana Davids baja por sanción.
"Benítez me hace vivir más el partido, hablar con mis compañeros... Eso antes yo no lo hacía"
"Nunca menosprecié a mi club. Tenía que hablar en el campo y lo hice. Del amor al odio hay un paso"
Pregunta. En el verano declaró que el Barça es un gran equipo, en el que le encantaría jugar. Más tarde habló elogiosamente del Madrid, que también pretendió ficharlo. Todo eso desencadenó la hostilidad de la hinchada del Valencia hacia usted durante semanas.
Respuesta. Es que en el fútbol las verdades duelen. Yo nunca menosprecié al club en el que estoy. Al contrario, vine del Milan porque el Valencia es grande y ha crecido muchísimo en Europa.
P. ¿Llegó a sentir miedo?
R. No por mí, pero sí por mi familia. No poder salir a pasear tranquilamente con los tuyos... Es muy duro explicarle a un hijo cuando vas por la calle por qué te insultan. Yo trato de transmitir valores a mis hijos y respeto por los demás y ellos se veían en esa situación y no sabían para qué lado ir.
P. Sólo volvió a jugar en Mestalla en la séptima jornada, ante el Espanyol. ¿Cómo superó la presión?
R. Ante las adversidades es cuando más cómodo me siento. Con un reto por delante, me expreso mejor. En el fútbol, si rindes, pronto se olvidan las cosas. Tenía que hablar en el campo y lo hice. En el fútbol, del amor al odio hay un paso.
P. Al ritmo que lleva, ¿le queda cuerda para rato?
R. Aquí, en España, cuando el jugador llega a los 30 años es como si ya fuera viejo. Creo que me queda mucha cuerda: por cómo me siento, por cómo me cuido, por cómo quiero esta profesión... Y más en la posición que ocupo. Tenemos ejemplos cercanos: Djukic estuvo acá y Carboni, que, además, actúa en una posición que es desgastante y no tiene recambio [Fabio Aurelio, el otro lateral izquierdo, acaba de salir de una lesión de nueve meses]. Claro que hablamos de jugadores superdotados físicamente.
P. ¿Usted no lo es?
R. Yo no. Sé que tengo que cuidarme y vivo para ello. Y ahora me siento bárbaro en este aspecto.
P. ¿Qué faceta de su juego ha pulido?
R. El mister [Rafa Benítez] me ha hecho vivir más el partido, estar hablando con mis compañeros, comunicando. Eso antes yo no lo hacía. Me gusta ver lo que pasa a mi derecha, a mi izquierda o delante y tratar de bancar [ayudar] a mis compañeros.
P. ¿Es su mejor etapa?
R. Mi mejores años en el fútbol los he vivido acá en el Valencia. Desde que llegué, me he sentido muy bien. Todavía me quedan tres temporadas más. Así que espero seguir igual.
P. ¿Su reto es ser el número uno?
R. No; mi objetivo es ser un buen defensor. A mí los que más me gustan son Samuel, aunque es joven, y Nesta. Yo no me pondría ahí. Por vergüenza o por humildad. Prefiero que me pongan los que entienden.
P. Últimamente, parece haber renunciado a sus excesos en el juego brusco. ¿No le sobran?
R. Es que yo no creo que haya cometido excesos. No soy un jugador violento.
P. Pregunte a los delanteros.
R. Yo también recibo y nunca digo nada. Lo que puede pasar es que llegue tarde porque el contrario sea más rápido: vas a barrer y en vez de a la pelota barres al hombre, pero es más que nada por la velocidad del fútbol. Yo sigo igual: voy a cada balón como si fuera el último. Lo que sí he hablado con el mister es que cuantas menos tarjetas amarillas me saquen mejor, pues estaré más veces a su disposición. Pero, si cambiara mi forma de jugar, sería un mal defensa.
P. Tras marcar al Madrid un gol de cabeza el domingo, en el Bernabéu, ¿qué le comentó su padre, que también fue central y gran cabeceador?
R. Mis padres vieron el partido en directo por la televisión y estaban muy orgullosos. La amargura también les llegó al ver que podíamos haber sido otra vez los primeros ganando a un rival que todavía no había perdido en su terreno. Pero mi padre, que es entrenador [posee también una fábrica de quesos en Paraná], me comenta los errores más que me felicita. Él era un defensor que subía al ataque y marcaba muchos goles a nivel provincial. Tenía mucho más gol que yo.
P. En efecto, sólo lleva cinco goles de cabeza. ¿Pocos?
R. Teniendo en cuenta mi capacidad de salto, sí. Pero no es sólo saltar, sino dirigir bien el balón y el momento, el timing.
P. Con ese salto espectacular, ¿se le puede frenar sin hacerle falta en una jugada a balón parado?
R. Hay mucha gente en el área y se usa, como en el basket, el bloqueo. Eso se prepara. Benítez, este año, está haciendo muchísimo hincapié en estas jugadas de ataque porque deciden los partidos. A mí me toca marcar al mejor cabeceador y después él se encarga de mí.
P. ¿Fue la primera vez que superaba a Ronaldo en un duelo?
R. No; otras veces lo marqué con el Milan o con la selección argentina y tampoco brilló.
P. ¿Un pique personal con él?
R. No. Al contrario. Le tengo respeto por todo lo que ha hecho siendo tan joven.
P. Pero, en cambio, no le parece el mejor delantero del mundo.
R. Pero que no me lo parezca no significa que no lo sea. Para mí, el mejor es Raúl porque es el capitán y lleva adelante un equipo como el Madrid, que no es fácil; tiene un espíritu ganador, el hambre, el gol, los títulos acumulados...
P. ¿Tiene el Valencia mejor plantilla que el Madrid?
R. No lo sé. Lo que es evidente es que la calidad que tienen ellos no la tenemos nosotros.
P. ¿Pasar del marcaje de Ronaldo al de Saviola es un cambio muy brusco?
R. Hay que prepararse igual para cualquier delantero. No hay diferencias. La idea es anularlo. Saviola es más vertical, chiquito y escurridizo, con olfato de gol... Dará más trabajo que Ronaldo. Lo delanteros chiquitos y rápidos, con mucho quiebro, son los que me resultan más difíciles.
P. ¿Qué piensa del Barça?
R. Está repuntando y los resultados le están dando confianza. Davids le ha aportado mucho trabajo en el centro del campo.
P. Para este partido, ¿puede descentrarles la ola de indignación de Mestalla tras el penalti en contra del Bernabéu?
R. No, no; ya estamos acostumbrados a convivir con un exterior muy agitado. Allí no perdimos la opción de ganar la Liga. Tenemos que rebelarnos contra las injusticias y la afición tiene que estar orgullosa de este Valencia, que, con otro presupuesto [más bajo], puede pelear con los más grandes.
P. Hace unos meses firmó su ampliación de contrato en dólares. ¿Ha perdido mucho dinero con la depreciación del dólar respecto al euro?
R. Un poco, sí, pero en mi país nos manejamos con el dólar y eso nunca se sabe.
P. ¿Es cierto que ha invertido mucho en inmuebles en Valencia?
R. Sí; lo hago para que mis hijos pueden estudiar bien, llevar una vida digna. Y no sólo por ellos, que detrás hay dos familias, la mía y la de mi mujer.
P. ¿Lo de llevar el pelo largo es una promesa?
R. Sí. Mientras no ganemos un título no me lo cortaré.
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