_
_
_
_
_
Reportaje:

Presidente en campaña

La 2 estrena esta noche la segunda temporada de la premiada serie 'El ala oeste de la Casa Blanca'

Mientras Estados Unidos busca presidente en un año de agitada actividad electoral, la pequeña pantalla mantiene a Martin Sheen como protagonista de El ala oeste de la Casa Blanca, serie que tras cinco años en antena sigue reflejando la presidencia que Hollywood querría para el Despacho Oval. "Bartlet es un demócrata progresista y liberal, y yo voy incluso más allá", admite Martin Sheen, hijo de padre español que, tras dejar su huella en el cine con Apocalypse now, incluirá para siempre en su legado artístico el retrato del televisivo Josiah Bartlet.

En Estados Unidos, la serie se mantiene con una audiencia considerable pese a sus cambios en el reparto (e incluso entre sus creadores) y a las críticas dirigidas en el último año contra Sheen por su oposición a la invasión estadounidense de Irak. "Uno nunca se acostumbra a recibir anónimos", recuerda. En alguno de ellos se animaba a recoger firmas a través de internet para su "destitución" del cargo. "No voy a decir que la audiencia no disminuyera por mis ideas políticas, pero también estoy seguro de que si me ofrecieron este papel fue por mi defensa de causas sociales", agrega este devoto católico de 63 años.

Más información
Los Fisher reabren su funeraria

Sheen es el máximo protagonista de una serie que nació de la mano de Aaron Sorkin y que en sus primeras cuatro temporadas impuso un nuevo estilo de diálogo que en este quinto año está cambiando ante la marcha de su creador y la llegada de John Wells, el maestro de Urgencias. Un cambio que, como reconoce Sheen, se deja sentir en unas tramas cada vez más humanas y familiares, menos políticas, y donde Bartlet ha entrado en su último mandato. Un guión que aún se aleja de la segunda temporada -22 episodios- que esta noche estrena La 2 (22.35), pero que ha hecho ganar a esta serie el Emmy al mejor drama en cuatro ediciones consecutivas. "En especial, nuestra última victoria fue una gran sorpresa y una reafirmación al trabajo realizado en este tiempo", afirma el actor, cuyo interés político se extiende más allá de la pantalla. Su apoyo personal y económico a Howard Dean, hasta ayer aspirante a candidato demócrata, lo prueba.

A pesar de su última victoria en los Emmy, pero con una caída en audiencia del 22%, Sheen es realista ante las críticas. "Una vez que tienes éxito en este negocio es cuando empieza el trabajo duro, porque eres tan vulnerable, quedas tan expuesto...". Pero que los comentarios negativos provoquen el fin de El ala oeste no le quita el sueño: ya está haciendo planes para viajar a España, donde estudia su nieta. "Es un país que amo tanto que nunca he cambiado mi nombre. Oficialmente me llamo Ramón Estévez y me está provocando más de un quebradero de cabeza; con tanto control de pasaporte, nunca les coincide mi cara con mi nombre", añade con humor.

Sheen, en el Despacho Oval de <i>El ala oeste de la Casa Blanca.</i>
Sheen, en el Despacho Oval de El ala oeste de la Casa Blanca.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_