_
_
_
_

Doble inauguración

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

La conexión Negratín-Almanzora, que debía estar terminada en marzo de 2003, ya fue objeto, en las últimas elecciones municipales, de una preinauguración tildada de esperpéntica por la propia consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Fuensanta Coves. La ministra Elvira Rodríguez visitó el mismo punto que hoy ha inaugurado con el presidente Aznar el 17 de mayo pasado, hace apenas nueve meses, para "iniciar las pruebas del trasvase de agua". Lo insólito del caso para la Junta fue que hubiese agua aquel día, cuando aún faltaban muchos kilómetros de conducción.

Las obras de este trasvase, que tiene acumulados múltiples retrasos, causaron enfrentamientos entre las distintas administraciones. El primero de todos fue el recurso presentado el pasado mes de enero de 2004 por el propio Ayuntamiento de Huércal-Overa ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para paralizar la línea eléctrica del Negratín, una actuación complementaria al trasvase que sirve para transportar energía eléctrica de una central hidráulica. Dicha actuación, ejecutada por la empresa pública Aguas de la Cuenca del Sur (Acusur) quedó paralizada hasta la firma de un convenio para el soterramiento de los cables de alta tensión, lo que supuso una modificación del proyecto.

Unos meses después, en marzo de 2003, las obras del trasvase volvían a retrasarse por apenas tres kilómetros que afectaban a la zona de Baza y que están catalogados de especial atención arqueológica. Acusur hubo de presentar un proyecto de prospección nuevo para el estudio de impacto ambiental en la zona y un sondeo arqueofísico en el perímetro afectado.

El encarecimiento del proyecto (aumentado en 0,6 millones de euros por cada mes de paro) motivó que desde el PSOE se exigiera que el incremento del coste fuese a cuenta del Gobierno central. El "espectacular desvío presupuestario", para los socialistas, saltaba de los 147 millones iniciales a los 171, cuyo 70% estaba previsto fuese abonado por los propios agricultores y el resto mediante cuota por el uso del agua en años sucesivos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_