ERC e ICV apoyan a los más de 3.000 manifestantes que piden la paralización de las obras del túnel de Bracons
El proyecto del eje Vic-Olot por Bracons origina disensiones entre ERC e ICV
La tercera edición de la marcha reivindicativa Catalunya camina per la Vall d'en Bas reunió ayer a más de 3.000 personas -4.000 según los organizadores- que vivieron la convocatoria como la última y más decisiva demostración de fuerza de los opositores al eje Vic-Olot por el túnel de Bracons. Aunque el colectivo ecologista Salvem les Valls reclama la paralización total de las obras y cree todavía en la posibilidad de un replanteamiento total del trazado, los políticos de ICV y ERC que apoyaron la protesta están dispuestos a luchar por mejoras que reduzcan el impacto ambiental, pero sin poner en juego la estabilidad del tripartito. Raül Valls, portavoz de Salvem les Valls, leyó un manifiesto en el que la plataforma ecologista cargó contra el Gobierno de la Generalitat y aseguró que "la credibilidad del tripartito se desmorona cada día que las obras siguen adelante".
La marcha reivindicativa, que respondió a las expectativas de los organizadores, partió poco después de las diez de la mañana de la casa de colonias El Rourell, en Joanetes, y llegó a su punto máximo ante la ermita de Sant Quintí, donde los participantes dibujaron con sus cuerpos la palabra paralització. Los vales de la comida popular, que reunió a unas 1.100 personas, se agotaron antes de las diez de la mañana. Espectáculos de animación y música completaron la jornada.
"El Gobierno no ha decidido todavía si el túnel de Bracons se acabará construyendo, pero el PSC y el Departamento de Política Territorial, sí", se lamentaba ayer el diputado Joan Boada, de ICV. El político ecosocialista, haciendo un doloroso ejercicio de realismo, tiene asumido que la opción de rehacer el proyecto a la baja es la que tiene más posibilidades de acabar imponiéndose, a pesar de que le parece una salida absurda. "Si los únicos que apoyan decididamente el proyecto son los sectores industriales y ahora resulta que quiere restringirse el paso de camiones y limitar las conexiones con otras vías, lo mejor sería no hacerlo", reflexionó Boada.Los colectivos ecologistas recuerdan constantemente a ICV y a ERC sus promesas electorales de frenar el proyecto. Esa presión hizo que ayer empezaran a surgir algunos reproches entre los dos partidos minoritarios del Gobierno catalán. Joan Boada, de ICV, lamentó que ERC no haya actuado "con la misma contundencia que ICV" respecto al túnel de Bracons. También añadió que el "caso Carod ha afectado muy negativamente" a sus posibilidades de maniobra en el tripartito. Boada agregó que su partido había asumido que Bracons era una "crisis anunciada" en la que estaba dispuesto a demostrar su fuerza. No obstante, tras la polvareda de la reunión de Carod con ETA, Boada aseguró que un nuevo conflicto abierto podría ser peligroso para la estabilidad gubernamental. El diputado ecosocialista afirmó que su formación nunca ha pensado en deshacer el tripartito a causa de Bracons.
También ERC estuvo presenta en la marcha con sus representantes en la provincia. El diputado Pere Vigo aseguró que "todo está abierto" y que el túnel le parece "absolutamente innecesario".
Respecto a las críticas de ICV, Vigo considera una "tontería" mezclar el caso Carod con el del túnel de Bracons. "Siempre nos hemos manifestado en contra, pensamos que el impacto ambiental es muy grande, aunque me parece una buena noticia que se hayan parado las obras en el túnel y pueda reconsiderarse el proyecto", afirmó Vigo. Joan Puig, hombre fuerte de ERC en la Diputación de Girona, definió como "alucinante" que ahora ICV les reclame más contundencia y recordó que fue el partido republicano el que pidió el informe del Departamento de Medio Ambiente, que dirigen los ecosocialistas.
El manifiesto del colectivo ecologista Salvem les Valls insistió en la necesidad de paralizar totalmente las obras, recordó el amplio apoyo científico e intelectual de su lucha e ironizó sobre las manifestaciones contradictorias de los integrantes del Gobierno. Raül Valls aseguró que el "tira y afloja" entre los departamentos y el "paro aquí para continuar allí [las obras]" no son más que cortinas de humo que ocultan la realidad: la continuidad de las obras.
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