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Reportaje:

Un palo en la rueda del Grupo Eroski

Pierde 450 supermercados, una marca y el 10% de su facturación por la ruptura con Consum

Eroski se ha quedado compuesta y sin novio. El repentino divorcio de Consum, la cooperativa de distribución valenciana, tras trece años de provechoso matrimonio, ha dejado perplejos a los directivos del grupo vasco. No lo esperaban, les cuesta entender las razones de la ruptura, y además la salida de Consum les provoca algunos contratiempos en sus actuales planes de expansión.

Las cooperativas valencianas Consum tendrán que crear su propia central de compras y lanzar y afianzar otras marcas
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La cooperativa valenciana Consum subió el ritmo cardiaco del Grupo Eroski el pasado día 4, al anunciar por sorpresa que abandonaba, después de 13 años, una sociedad fructífera y en constante crecimiento con su socio vasco. No era un problema de malos resultados, ya que las cifras ofrecen un panorama muy bueno, Consum pasó de 7,7 millones de euros de beneficios en 2000 a 8,4 millones en 2002. Tampoco había un tercer grupo entre bambalinas ofertando precios más competitivos que la central de compras de Eroski, o al menos los gestores de la firma mediterránea negaron esa hipótesis. El caso es que al segundo grupo de distribución de España le han metido un palo en la rueda de su crecimiento. Pierde de golpe 450 supermercados, 232.000 metros cuadrados de superficie de venta, el 10% de la facturación, se queda huérfano de una marca consolidada y además recibe un brusco frenazo a su agresiva política de expansión.

Consum, que ha ganado músculo en la relación con Eroski, estaba demandando reiteradamente un nivel de personalización mayor para sus centros. El problema es que esas decisiones se adoptan en el Consejo de Dirección del Grupo Eroski, en el que Consum tenía un único representante. Cecosa, la única sociedad jurídica que agrupaba a ambas cooperativas, y que tenía representación paritaria en el Consejo de Administración, a pesar de que la firma originaria del País Vasco tenía el 94% y la valenciana el 6%, era el instrumento para la puesta en marcha de nuevos proyectos, pero ya previamente diseñados en el Consejo de Dirección del grupo vasco. Ésa es la crítica y el argumento a orillas del Mediterráneo.

"El tiempo lo dirá", dicen, quizá, con un punto de escepticismo en la costa cantábrica, desde la sede central del Grupo Eroski.

Doble sorpresa

En Euskadi están sorprendidos por una decisión que no se esperaban y que choca con la acusada tendencia del sector a concentrarse para reducir gastos y ofrecer mejores y más competitivos precios. Todo lo contrario a disgregarse, que es precisamente lo que hace Consum.

"El primer mandamiento de Eroski es abrir híper y súper en toda España". Esa máxima que le ha convertido en el segundo grupo de distribución de España y dado lugar a una red de casi 2.000 establecimientos, entre hipermercados, supermercados, autoservicios propios y franquiciados, gasolineras, Cash & Carry, oficinas de viajes, tiendas de deportes y perfumerías, no se va a alterar. Eroski va a seguir abriendo supermercados a lo largo de todo el país, incluidas aquellas zonas de la Comunidad Valenciana, Cataluña y Murcia, siempre que vea mercado y garantías de éxito. La firma de Elorrio espera tener reparado el roto en su imagen con una nueva marca para antes del verano; espera tener rebautizados los 1.087 súper que ahora vendían bajo la marca Consum, y además rediseñada la estrategia para recuperar el tiempo perdido. Fuentes del grupo consultadas entienden que no hay razón para cambiar la política de expansión y hacer islas en determinadas comunidades.

En ese caso, metidos de lleno en la competencia con el resto de los grupos, Consum tiene que crear y organizar su propia central de compras al desgajarse de la superestructura de Eroski, que en 2002 facturó 5.386 millones de euros, con la capacidad de abaratamiento que tiene. Además, tendrá que inventarse una o varias marcas blancas, y la tarjeta de compras, ya que Consumer y Consumer-natur son propiedad de Eroski. La firma valenciana defiende su intención de potenciar su gama de productos autóctonos, en particular, y los de las zonas en las que está presente, en general. "La política de la cooperativa por su responsabilidad social es retornar a la sociedad parte de la riqueza", esgrimen fuentes de la firma que preside Emilio Villaescusa. La cooperativa valenciana nació en Alaquàs (Valencia) en 1975 y, a pesar de su alianza con Eroski, ha mantenido su propia personalidad jurídica y la sede social en la Comunidad Valenciana. El salto fuera del territorio valenciano se produjo tras el acuerdo con Eroski en 1991. Poco después, la cooperativa valenciana compró Jobac y el primer paso fuera de la Comunidad Valenciana fue la apertura en 1992 de un supermercado en Totana, Murcia. Ese mismo año se abrieron paso en Cataluña con su primer establecimiento en Banyoles, Girona.

Ninguna de las dos empresas duda de que la lealtad que ha presidido las relaciones comerciales entre ambos socios vaya a continuar en la contienda diaria por los metros cuadrados y por los mejores precios, entre otras cosas porque tienen en común su organización, y comparten, cada una desde su autonomía, la propiedad social.

Un operador español

El Grupo Eroski, que preside Constan Dacosta, pertenece a sus 14.000 propietarios-trabajadores, y emplea a 29.000 personas, mientras que Consum da empleo a más de 5.000. Para evitar malos entendidos, en la nota en la que anunciaron la separación, las dos cooperativas garantizaron a los trabajadores, propietarios e inversores una retribución a los capitales semejante a años precedentes, y con la misma solidez patrimonial.

Esta propiedad compartida por miles de españoles es la que da pie al Grupo Eroski a definirse como "un operador español" y a descartar cualquier atisbo de problema político para justificar la separación. "El tema español-vasco no se sustenta ya. Este grupo es un operador español, este grupo es tan vasco como extremeño, valenciano, riojano, andaluz o manchego... Ni hay ni ha habido ningún problema político".

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