Viviendas de 40 metros
La medida de disminuir la superficie mínima de las viviendas no parece efectiva para los que conocen la situación actual del mercado inmobiliario. Sólo hay que dar una ojeada a las bolsas de vivienda para ver que los precios no aumentan aritmética, sino geométricamente, en función de su superficie. Al contrario de lo que postula el Ayuntamiento, el precio del metro cuadrado de la vivienda aumenta cuando la superficie disminuye. Facilitar la construcción de pisos más pequeños significa aumentar la rentabilidad del suelo y favorecer los beneficios de las sociedades inmobiliarias.
Si se quiere ayudar a la ciudadanía ante el salvaje negocio inmobiliario, se deberían perseguir y denunciar los casos de mobbing, o crear bolsas de viviendas alternativas donde no puedan acceder las agencias, sociedades y otros acaparadores. En caso contrario, aconsejo que se continúe legitimando la situación actual con el silencio, más que anunciando medidas absurdas que sólo nos hacen sentir más humillados.
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