Versiones fieles e inconformistas
Los últimos conciertos de la Universidad Complutense han estado a cargo de la Orquesta Filarmónica de la BBC (Manchester), con su director titular desde hace un par de años, Gianandrea Noseda. Se trata de una formación con tradición y excelente profesionalidad, lo que la ha convertido en uno de los primeros instrumentos sinfónicos del Reino Unido. Si el primer programa insistía en el gran repertorio (Chaikovski, Elgar y Albéniz-Shchedrin), el segundo incluyó entre las siempre bellas evocaciones de Las fuentes de Roma (1917), de Respighi, y la mil veces sorpresiva Petruchka (1911) en la suite de 1947, una obra maestra y escasamente frecuentada de Benjamin Britten como es el Concierto para violín, op. 15, que data de 1939 y fue estrenado al año siguiente en Nueva York por el catalán Antonio Brosa (La Canonja, Tarragona, 1896-1979), tantos años residente en Inglaterra.
Ciclo de la Universidad Complutense
Orquesta Filarmónica de la BBC. Director: G. Noseda. Solista: J. Jansen, violinista. Obras de Respighi, Britten y Stravinski. Auditorio Nacional. Madrid, 11 y 12 de febrero.
Ahora, el magnífico concierto de Britten, no sólo por el dominio de la escritura y la personalidad de un estilo en el que lo ecléctico no debe entenderse con el menor sentido peyorativo, nos ha descubierto a una violinista formidable: la poco más que veinteañera Janine Jansen, de temprana madurez, asombroso virtuosismo y una musicalidad admirable. Las dificultades de la obra son muchas y de diverso orden, pero la Jansen parece vencerlas con una naturalidad que, en definitiva, es el último escalón de la perfección. Hizo prodigios en las variaciones del Passacaglia final, el lirismo y la pasión del Moderato y el consecuente, contrastado y vivaz trozo de clausura. La verdad es que cabe preguntar la razón de tanta insistencia en unos pocos títulos del repertorio y el desvío hacia una invención que, por sí sola, acreditaría la categoría y significación de un compositor.
Bien es verdad que la fina percepción del maestro milanés, Gianandrea Noseda, su afán de clarificar y evidenciar la coherencia del discurso se comunica con máxima eficacia a los estupendos instrumentistas y, como es lógico, a un público que reaccionó con fervor tras las versiones fieles y, a la vez, inconformistas, de las obras programadas. Como breve y brillantísima rúbrica, tuvimos el Gopak de La feria de Sorochinski, de Mussorgski.