Adiós al personaje

LA LISTA de grandes toscas actrices comienza probablemente con Claudia Muzio, sigue con Maria Caniglia, se recupera con Magda Olivero, culmina con Maria Callas y se completa con Renata Scotto y, sobre todo, Raina Kabaivanska. La soprano búlgara, italiana por formación, carrera y personalidad, se despidió de Tosca de una de sus más poderosas creaciones musicales y escénicas en una función, camino de convertirla en leyenda para la futura historia moderna del recuperado teatro madrileño. No muy lejano su setenta cumpleaños, la voz le respondió lo suficiente para permitirle ese magnífico juego de matices que fue la base de su arte, haciéndonos creer que para cada momento encontraba la acentuación y el significado exactos. Amparada en un físico asombrosamente juvenil, esbelto y distinguido, ofreció una lección imborrable de penetración psicológica del personaje y saber estar en escena. Cuarenta años después de la interpretación madrileña de la heroína pucciniana por Magda Olivero, espejo donde se ha mirado siempre Raina Kabaivansca, esta Tosca del 26 de enero cierra perfectamente ese círculo, dejando en el aire una triste presunción: con el adiós de la soprano a Floria Tosca, para muchos de los allá presentes, con ella se iba también, quizá para siempre, el personaje.