"Para jugar a esto no hace falta ser Maradona"
Era un niño y de madrugada veía partidos de la NBA por la televisión. A Magic Johnson, Larry Bird y sobre todo, a Michael Jordan. Dice que es su ídolo porque ha sido el mejor deportista en la competición y el más profesional fuera de ella. Colecciona cromos del número 23, el de Jordan y el suyo. Pero vive de meter goles en el Espanyol (64 en ocho temporadas y 1 en los 3 partidos que lleva con la selección absoluta). Ayer le citó Iñaki Sáez para la selección.
Pregunta. El físico no le daba para el baloncesto, supongo.
Respuesta. Hay quien ha triunfado con mi altura, pero me tiraba el fútbol. Mi padre era entrenador del colegio público Wagner, mi hermano jugaba y a mí, me gustaba.
P. ¿Siempre metió goles?
R. No, al principio los padecía. Era tan delgaducho que para protegerme mi padre me ponía de portero, para que no me dieran patadas. Incluso tenía guantes y un uniforme de portero. Hasta que un día me metieron un gol y me cansé. Ví como se abrazaban recogiendo la pelota dentro de la portería. Tiré los guantes y le dije a mi padre que lo del portero se fuera a paseo. Yo quería meter goles y que me abrazaran. Mi hermano, que es mayor que yo, me ayudó a convencerle. El ahora juega en el Júpiter; yo tuve suerte.
P. ¿Y algo más?
R. Aprovechar la oportunidad depende de la suerte, mantenerte es lo complicado. El día que debuté en el campo del Hércules metí un gol. Muchas veces pienso que si le pego hoy como le pegué aquel día se va fuera. Tuve suerte, la metí y aquí estoy.
P. ¿El gol sale o se piensa?
R. Sale, es pura intuición. Te acostumbras a vivir en el área, a intuir el rechace, a adelantarte al rebote. Te cae la pelota, la metes y es gol. El que lleva toda la vida metiendo goles muere marcando goles, creo. Pero no puedo explicarlo. Pienso que soy un claro ejemplo de que para jugar a fútbol a este nivel no hace falta ser Maradona, basta con tener algo. Yo sé que lo tengo. No destaco en nada, pero me defiendo en casi todo. ¿Listo? puede. Estoy allí, esa es mi suerte.
P. Está en el Espanyol, ¿eso es suerte o desgracia?
R. En un equipo en el que se crean seis ocasiones, dos las metes. En el Espanyol es distinto, tienes una y debes acertar. Igual algún día juego en uno de esos equipos y puedo comparar. Hoy tengo 26 años, la mejor edad para un futbolista y aquí estoy, sufriendo. Te acostumbras a ello, a la presión de estar en el pozo, que no es fácil. Pero no renuncio a otras sensaciones.
P. Un día fue campeón de Copa ¿Queda muy lejos aquello?
R. Eso tuvo un mérito que mucha gente parece que no valora y debería hacerlo, porque llevamos demasiados años jugándonos la vida en cada partido Te acostumbras a la fuerza, pero no es normal. Acaba siendo una ventaja al luchar por la salvación, pero es duro. Cuando haces mal las cosas, lo pagas y en el Espanyol llevamos muchos años haciendolo mal, por eso los pericos vivimos sufriendo un año tras otro.
P. En el campo, si pierdes tanto es que no lo haces bien. Pero, ¿y la directiva?
R. Pues tampoco. Hay decisiones que se han tomado con toda la buena intención del mundo pero no han sido buenas. Llevamos años fallando en lo mismo y espero que no se repitan los errores y se planifique mucho mejor, mirando la economía, pero también un poco más al campo para no seguir pasando problemas.
P. ¿Entiende que algunas peñas pidan a Sánchez Llibre que lo deje?
R. Es su derecho. El perico es de una raza especial, lo fácil es ser del vecino rico , del que gana normalmente. Nuestra afición es enorme y sólo puedo darle las gracias, porque lo suyo no es normal. Puede que no sea el momento para no estar unidos. Pero hay que entenderles.
P. ¿Como interpreta la llamada del seleccionador?
R. Es una alegria enorme, un premio que quiero disfrutar. Juego en el Espanyol y no es fácil que te llamen.
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