Un hombre, asesinado de dos tiros en el distrito de San Blas
La policía cree que los homicidas esperaban al fallecido cerca de la calle de Alcalá
Un hombre de 28 años, que portaba documentación venezolana, murió a primeras horas de la madrugada de hoy de dos disparos, en el madrileño barrio de San Blas, según fuentes policiales. La víctima, que llevaba un pasaporte a nombre de Giusseppe Monjiell Soro, nacido el 27 de diciembre de 1976, recibió un balazo en la cabeza y otro en el pecho.
El homicidio, que es el quinto que se registra en la región durante el presente año, ocurrió poco antes de las 0.30 de hoy en la calle de Tampico, muy cerca de la de Alcalá.El hombre asesinado estaba hablando por teléfono en una cabina situada en la calle de Tampico, esquina a la de Iquitos, cerca de la calle de Alcalá. Se acababa de bajar de un potente automóvil Porsche, modelo Cayenne Turbo, cuando se le acercaron dos individuos que abrieron fuego contra él. Los agresores efectuaron al menos tres disparos, alcanzándole dos de los proyectiles, mientras que el tercero impactó en la parte metálica de la cabina.
Un vecino de la zona escuchó un estampido y bajó de su casa para ver qué ocurría. Así descubrió a Monjiell caído en el suelo, junto al auricular telefónico descolgado, según unos jóvenes transeúntes. El herido sangraba abundantemente e intentaba hablar, de forma desesperada, aunque no pudo hacerlo. Avisado el Samur-Protección Civil, los facultativos intentaron reanimarle durante 10 minutos, pero sólo pudieron certificar su fallecimiento.
Según las primeras investigaciones, la policía no tiene fichado en sus archivos a ninguna persona con el nombre de Giuseppe Monjiell. Sin embargo, habrá de comprobar si esta identidad es real. Los investigadores del Grupo VI de Homicidios de la Brigada Judicial de Madrid buscaban pistas, la pasada madrugada, partiendo del automóvil Porsche, de color gris metalizado y cristales tintados, matrícula 7103 CJK, que conducía la víctima.
Quinta de los Molinos
El lugar donde se produjo el crimen es una zona próxima a la urbanización Quinta de los Molinos, al final de la calle de Alcalá. Ninguno de los residentes conocía a la víctima, por lo que todavía se ignora si ésta se dirigía a alguno de los chalés de esa barriada.
La policía no descarta que el móvil del crimen sea un ajuste de cuentas entre grupos rivales. La policía facilitó la pasada madrugada la identidad de la víctima de acuerdo con la documentación que llevaba, pero está pendiente de comprobar si es auténtica.
Los investigadores colocaron unas bolsas de plástico en las manos del fallecido, a fin de preservar posibles pistas. Por ejemplo, restos de piel o algún hilo textil, que el fallecido pudiera haber arrancado a sus agresores en caso de haber mantenido con ellos algún forcejeo.
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