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Tribuna:SALIDA DE CUATRO CONSEJEROS DEL GOBIERNO
Tribuna
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Tiempo de despedidas

Es tiempo de despedidas. Como cada cuatro años, se reproduce el rito del relevo político, en aprovechando que llegan las elecciones. Que no sé yo por qué tienen tanto miedo nuestros dirigentes políticos al cese o dimisión de sus cargos; o sea, que no entiendo por qué Chaves no ha cesado o dimitido a los consejeros salientes durante el mandato, si no eran las personas idóneas para ello. Y que no nos vengan con milongas: si ahora "cambian de aires", es que no son las personas adecuadas para los puestos que ocupaban.

Creo que es uno de los lastres más pesados de nuestra democracia, este de no poder afrontar las crisis de gobierno a mitad de legislatura, cuando algún consejero resulta no apto o no adecuado para el cargo, simplemente por aquello de no dar la impresión de haberse equivocado y tener que rectificar. En este país del sostenella y no enmendalla, parece que el que reconoce haberse equivocado nombrando un cargo es culpable de las tropelías o ineptitudes del nombrado. Y no es eso, al menos en la mayoría de los casos.

En Andalucía, se acaba de producir el relevo de 4 consejeros, cesados de sus cargos con la honrosa excusa de ser necesarios en las respectivas candidaturas al Congreso de los Diputados. De entrada, ya suscita recelo e incluso temor, que quienes aparentemente no valen como consejeros de la Junta de Andalucía sean idóneos para el Congreso. Y es que, después de seis años ocupando un escaño en la Carrera de San Jerónimo, siento por dicha institución un gran respeto y cariño, y me duele que pueda parecer que allí se envíe a quienes no son los adecuados.

Vayamos ahora al caso concreto de estos cuatro consejeros cesados para mandarlos a Madrid, empezando por mi dilecta Magdalena Álvarez, cuya última etapa al frente de la Consejería de Economía y Hacienda ha sido tan turbulenta y tenebrosa, que los augurios sobre su futuro como diputada no son tranquilizadores. ¿Qué ha hecho la consejera voladora por la economía andaluza en los últimos cuatro años? Fundamentalmente, dos cosas: colgarse las medallas de los éxitos económicos que correspondían al Gobierno de la nación, como si los hubiera conseguido ella solita (crecimiento del empleo y de la afiliación a la Seguridad Social, descenso del paro, crecimiento económico...), y una lucha despiadada, desigual, personalista y cruel contra una institución financiera andaluza (Cajasur), utilizando todos los resortes del poder político y económico para acabar con el presidente de una caja de ahorros, por la simple razón de que éste no quería tragar con su imposición de la caja única andaluza. Quizá el ostracismo y la vuelta a poner los pies en la tierra le devuelvan un poco de cordura y de altura de miras; con eso ganaría el debate político, pues preparación y dedicación no le faltan.

Lo que sí echará en falta es poder llevar consigo a toda su familia...

Carmeli Hermosín, Consejera de Gobernación y Justicia al principio, y de Justicia y Administración Pública después, dicen que es la que más tiempo ha estado como consejera con Chaves. Quizá eso la hace merecedora de un retiro, no niego que se le puedan pagar los servicios prestados; pero insisto que el Congreso de los Diputados es algo muy importante como para entenderlo como un lugar de retiro político. En su bagaje queda como principal hito haber sido la consejera que "negoció" la transferencia de las competencias de medios materiales y personales de Justicia a la Junta de Andalucía. Aquellos acontecimientos los viví muy de cerca (aunque no tanto como el actual Delegado del Gobierno en Andalucía), y a uno siempre le queda el regustillo de la duda de si hicimos bien. Y es que las protestas y las quejas de los distintos sectores que participan en la administración de Justicia no han hecho sino incrementarse (cuando no nacer nuevas) desde que la Junta de Andalucía asumió tales competencias. "Virgencita, virgencita..." dicen muchos todavía. Al final, la conclusión es que la competencia debe ser andaluza, y que lo que fallan son los gestores.

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Con Alfonso Perales coincidí en el Congreso, y siempre me pareció un diputado luchador, equivocado en muchos de sus planteamientos, pero honrado en la mayoría de ellos. Él mismo recordará una conversación que tuvimos cuando fue nombrado consejero, en la que yo le mostré mis dudas sobre el paso que había dado. El tiempo (traducido en la ausencia de balance político de su gestión como consejero) creo que no me ha quitado la razón: ¿de verdad ha existido una Consejería de Gobernación? Quizá por eso vuelve a Madrid...

Y de Carmen Calvo, ¿qué les voy a contar que ustedes no sepan ya? Bastante ha tenido con intentar que no la pisoteasen sus compañeros del Consejo de Gobierno. Pues eso.

Chaves nunca ha dado muestras de ser precisamente una lumbrera democrática, y quizá por eso comete el error de menospreciar al Congreso de los Diputados, al considerarlo un lugar de retiro político. No extraña, pues, que crezca la preocupación en los pasillos de San Telmo por lo que de verdad dicen las encuestas sobre intención de voto... maquillajes aparte (que no conozco ningún partido al que las encuestas no les auguren éxito y triunfo).

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