Un coche bomba deja medio centenar de muertos en una comisaría de Irak
EE UU culpa de varios atentados a un jordano vinculado a Al Qaeda
Un coche cargado con media tonelada de explosivos estalló ayer frente a una comisaría de la localidad iraquí de Iskandariya, 50 kilómetros al sur de Bagdad, mientras cientos de jóvenes aspirantes a policía hacían cola para solicitar un puesto de trabajo. Medio centenar de personas perdieron la vida y otras 75 resultaron heridas. Las comisarías de la nueva policía iraquí, vistas por la insurgencia como un símbolo del colaboracionismo con las fuerzas de ocupación de EE UU, han sido objeto de numerosos atentados desde el fin de la guerra, en abril pasado. Son ya más de 300 los agentes iraquíes muertos en atentados de la resistencia.
"He recogido pedazos de cabeza, ojos y otros restos con mis propias manos", relataba Fuad Saleh, que como otros vecinos de Iskandariya atribuyeron la explosión a un misil de EE UU. La mayoría de los 50.000 habitantes de la ciudad están desempleados y de ahí que muchos jóvenes hubieran madrugado para solicitar una plaza en el nuevo Cuerpo de Defensa Civil de Irak, que está haciéndose cargo de la seguridad del país.
Estados Unidos sospecha que atentados como el de ayer podrían estar dirigidos por el jordano Abu Musab Zarqawi, al que sus servicios de espionaje atribuyen un documento en el que grupos armados iraquíes piden ayuda a Al Qaeda. Washington cree que Zarqawi es responsable de, entre otros, el atentado contra la sede de la ONU en Bagdad en agosto pasado. La Administración norteamericana trata de encontrar un poco de oxígeno en el documento interceptado, tras los apuros por el fracaso en la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak. Páginas 2 y 3
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