El espíritu rebelde de Peter Fonda

Con las míticas gafas que lució en Easy rider, el espíritu rebelde de Peter Fonda llenó ayer la Berlinale. El festival dedica una retrospectiva al cine independiente estadounidense realizado al margen de los grandes estudios entre 1967 y 1976, y allí estaba el actor y productor de uno de los títulos más emblemáticos de la cinematografía de esos años. Easy rider, dirigida por Dennis Hopper y protagonizada también por Jack Nicholson, se estrenó en 1969 y acabó marcando a toda una generación, sin que nadie se lo propusiera. Ni siquiera Peter Fonda. "Todo sucedió como por accidente. De repente hubo magia. Yo no pensaba en los tiempos que corrían. No pretendíamos llenar un vacío", contó Fonda. "Fue el año de Woodstock, de la explosión del flower-power, de los hippies, con sus flores y su música... Lo envolvieron todo y nos arrastraron a todos", prosiguió el actor.

Fonda tiene aún muy presentes incidentes del rodaje, como cuando Jack Nicholson fumó el primer porro de su vida y, además, tuvo que actuar en estas circunstancias. "Nicholson era alcohólico, lo cual estaba socialmente aceptado; Hopper y yo, en cambio, éramos fumadores de marihuana, y eso estaba mal visto", recordó el actor.

Easy rider es uno de los 60 títulos de este ciclo, en el que se proyectarán Bonnie and Clyde, Taxi driver, Chinatown, The french connection o Sweet sweetback's baaadasssss song, la primera película de cine independiente de un director negro, Melvin van Peebles.

"Yo no sabía que lo que estaba haciendo era imposible y por eso lo hice", dijo Van Peebles, quien en 1970, pese a la fiera resistencia de los grandes estudios de Hollywood y sus sindicatos cinematográficos, consiguió rodar su película, en la que los maleantes ya no eran delincuentes negros, sino policías blancos. Sweet sweetback's baaadasssss song consiguió un gran éxito de taquilla.