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Juppé recibe el apoyo de su partido tras su condena por corrupción

El ex primer ministro francés llama a la serenidad a 10.000 seguidores

Diez mil delegados de la Unión para un Movimiento Popular (UMP), el partido que respalda a la Unión para una Mayoría Presidencial (UMP también), el grupo mayoritario en la Asamblea francesa, se reunieron ayer en el Palacio de Congresos y Exposiciones de París. Oficialmente, para ratificar las listas de candidatos de la derecha a las regionales de marzo, en la práctica para escenificar un respaldo multitudinario a Alain Juppé, el presidente del partido, alcalde de Burdeos, ex primer ministro y recién condenado por la justicia.

Jacques Chirac, que desea llegar al final de su segundo mandato presidencial en 2007 con el problema de la sucesión resuelto, había elegido a Juppé como delfín. Era su hombre de confianza, no sólo porque, dijo, "es el mejor de entre todos nosotros", sino también porque Juppé ha asumido parte de los asuntos de financiación ilegal del partido de Chirac cuando éste era alcalde de París y Juppé su teniente de alcalde para asuntos financieros.

Los delegados ovacionaron a Juppé, permitieron que simulara, una vez más y siempre ante las cámaras de televisión, su emoción ante tamaña muestra de amistad. La condena a 10 años de inelegibilidad y 18 meses de cárcel con suspensión de pena fue cuestionada de nuevo. Si Chirac califica de "honesto" a su lugarteniente, a pesar de que los jueces han constatado que desvió fondos públicos a su partido, entonces no ha de sorprender que ayer todos reclamasen su participación en el combate electoral de su región.

Sin embargo, según una encuesta, el 51% de los franceses estima que Juppé hubiera debido dejar la política y sólo un 37% lo respalda. Tras una semana de propaganda mediática, el 72% dice tener la misma opinión respecto a Juppé.

En noviembre Juppé dejará la presidencia de la UMP y, hoy por hoy, el único candidato capaz de ganarse ese cargo gracias al voto de los militantes es Nicolas Sarkozy, el omnipresente ministro del Interior, detestado por los chiraquianos. La guerra de sucesión, oculta ayer tras proclamas solemnes, ha comenzado. Durante su discurso, Juppé dijo: "Hay que llegar con serenidad y amistad a la segunda etapa de la UMP, la que comenzará en noviembre con la elección de vuestro, nuestro, presidente". "Nuestro único adversario es la división", dijo, por su parte, el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin.

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