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Crónica:TENIS | España salva la primera eliminatoria de la Copa Davis
Crónica
Texto informativo con interpretación

Nadal y López la arman

El toledano abre la puerta del triunfo al superar a Berdych, sustituto de Novak, y el mallorquín sitúa a España en los cuartos de final

La juventud no falló. La apuesta forzada del G-3 resultó la más adecuada. Las ausencias de Juan Carlos Ferrero y de Carlos Moyà, lesionados, permitieron a los segundones del tenis español entrar en la Copa Davis por la puerta grande y romper uno de los tabúes más solidificados: ganar fuera de casa y en superficies interiores. La historia pareció tomar un nuevo rumbo ayer de la mano de Feliciano López y de Rafael Nadal. Fueron los grandes protagonistas de la última jornada, en el duelo que España cerró victoriosamente en la República Checa, al ganar por 2-3 y situarse en los cuartos de final, donde se enfrentará en casa a Holanda entre el 9 y el 11 de abril.

"Cuando salía del vestuario para saltar a la pista", explicó Feliciano López, de 22 años y 33º en el ránking mundial, "Nadal me dijo que me preocupara sólo de ganar mi punto, porque el último lo ganaría él seguro". Fue como un reto para ambos. Y los dos lo superaron. No era fácil para ninguno de ellos. El toledano se enteró justo una hora antes de iniciar su partido de que su rival no sería Jiri Novak (14º del mundo) sino el tercer jugador checo, Tomas Berdych (98º), por culpa de una contractura muscular en el muslo derecho que sufrió aquél, el 14º mundial, al final del partido de dobles. "Hombre", reconoció López, "era bastante más asequible". "Pero por eso mismo", agregó, "me sentí más presionado: por ránking y experiencia tenía que ganar".

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Y lo hizo. ¡Y de qué manera! Su primer saque salió de su raqueta a 209 kilómetros por hora. Y a partir de ahí fue controlando el ritmo del partido basándose tanto en la eficacia de su servicio como en la tranquilidad que le daba sentirse superior en todos los terrenos. "Me dí cuenta", confesó luego, "de que si podía jugarle con bolas cortas y suaves sobre su drive le haría mucho daño. Así que decidí utilizar mi revés cortado y moverle tanto como pude cuando estuve en el resto".

El partido tuvo poca historia, porque el saque de Feliciano fue marcando el desarrollo. El español sólo pasó por un momento de duda, en el desempate de la segunda manga, cuando la tensión le obligó a jugar todos los puntos con segundos saques y acabó perdiendo. Pero ni siquiera entonces dio la sensación de que podía salir derrotado. Y, tras salvar las únicas tres bolas de break que afrontó en todo el partido, se fue disparado hacia el triunfo con unas estadísticas que asustan: 30 aces, 28 puntos de saque y 44 servicios a más de 200 kilómetros por hora, de los que 21 superaron los 210.

Sin embargo, las emociones más fuertes aún no habían llegado. Comenzaron desde el mismo momento en que Nadal pisó la pista taraflex -la más rápida que permite la federación internacional- del pabellón ferial de Brno. La furia desatada con la que comenzó su partido ante el número dos checo, Radek Stepanek (49º), podía acabar resultando incluso contraproducente. Cuando logró su primer break, en el cuarto juego, parecía que había ganado el partido. Pero luego, en el momento en que perdió su saque en el séptimo, descubrió que era indispensable serenarse un poco. "Siguió jugando con la misma intensidad", comentó Arrese, capitán español, "pero con un control de sí mismo impropio de un chaval de 17 años".

El punto culminante se produjo en la segunda manga, cuando Nadal salvó una bola de set de Stepanek con 5-4 del checo. Allí podía haber una inflexión, porque los 4.000 aficionados que llenaban las gradas intuyeron que todo se estaba decidiendo entonces, y se lanzaron a un apoyo desaforado hacia su jugador. Sin embargo, pese a su juventud e inexperiencia, Nadal defendió el siguiente punto con los dientes y concluyó el juego con un punto de saque. Y ahí acabó todo. Stepanek se cayó poco más tarde al intentar recoger una bola y no levantó cabeza. A Nadal sólo le costó realmente cerrar el partido. "Sabía que en el último juego no podría contar con mi saque", explicó. "Intenté calmarme y, aunque estaba temblando, logré sacar el partido".

"Hoy es un día muy grande", concluyó Arrese. "Hemos venido aquí con un equipo muy joven -el más joven del Grupo Mundial, con una media de 21 años-, y hemos roto todas las estadísticas españolas en la Copa Davis. Así da gusto". Ningún otro equipo del mundo podría presentar un equipo tan competitivo -tres entre los 50 primeros-, sin sus dos primeros jugadores. Nadal, Robredo y López son una garantía de presente... y de futuro.

Nadal celebra uno de los puntos ganados.
Nadal celebra uno de los puntos ganados.EFE

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