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Reportaje:

Los tortuosos caminos del arte

Las deficiencias en la señalización se convierten en una de las principales quejas de los visitantes de los museos

Turistas sedientos de conocimiento que escudriñan por las paredes buscando su hilo de Ariadna para que les marque el camino: la estampa se repite constantemente en los museos de Barcelona. La escasa señalización y la exigua información que se ofrece en las salas de exposiciones se han convertido en las principales quejas de los usuarios de los museos. Según un informe de la revista Consumer elaborado en 2000, uno de cada tres visitantes de los museos españoles considera que la señalización no es buena. Los museólogos que elaboraron este informe añadieron que en siete de los 18 grandes museos de bellas artes españoles (cinco de ellos catalanes) las señales son insuficientes, y en nueve, regulares.

"Los museos han de empezar a tratar a los usuarios como clientes y no como súbditos"

"Sin el visitante la obra pierde su razón de ser. Queda mucho que mejorar en los museos. Hay que empezar a tratar a sus usuarios como clientes y no como súbditos", señala el museólogo Daniel Solé. Según la Asociación de Profesionales de Guías de Turismo de Cataluña, el Museo Picasso, fundamentalmente, y la Fundación Miró, en menor medida, son los que crean mayores quebraderos de cabeza a los visitantes para orientarse. "Barcelona presume de ser una ciudad cosmopolita, pero ofrece información en pocos idiomas y con una iconografía poco clara para quienes no entienden el castellano o el catalán. En el Museo Picasso, por ejemplo, es fácil dejarte la sala de al lado", señala el guía César Algora. "Hemos pretendido una señalización discreta que no domine el espacio. El objetivo es darle el protagonismo a la obra y que el visitante no se sienta atrapado por una ruta marcada. Siempre hay quien no ve las cosas, que no busca la información. Además, la primera reacción de los visitantes suele ser preguntar, en lugar de buscar", responde Lluís Bagunya, subdirector del Picasso. Bagunya reconoce que, de alguna manera, la planta baja del museo puede recordar en ocasiones a "un zoco" debido a la confusión que generan las distintas entradas al museo, "aunque en este caso no podemos hacer nada porque una ordenanza municipal nos prohíbe colocar banderolas en la calle, que podrían dar información al visitante antes de acceder al museo". Para Solé, el principal problema de señalización en el Picasso se encuentra en los edificios que lo acogen, cinco antiguos palacios, de los que dos se dedican a exposiciones temporales. "Trabajar unitariamente espacios tan diferenciados resulta complejo. Aun así, la última reforma ha mejorado mucho las visitas", sostiene.

"Es verdad que la parte de comunicación de los museos no se encuentra demasiado cuidada y que puede hacerse mucho más, aunque yo no la consideraría un desastre", apunta Marc Panero, que actualmente trabaja en la grafía de la exposición Habitar el mundo, del Fòrum 2004. Según Solé, las deficiencias se hacen más presentes cuando diseñadores y museólogos no realizan un trabajo conjunto. Los ususarios pagan las consecuencias y se pierden por pasillos y salas. Aunque el acceso a las exposiciones queda más o menos indicado, no resulta tan fácil localizar otros servicios, como lavabos, cafetería, taquillas y tiendas. "En general, los museos de arte tienen un excesivo respeto a la obra, viven con la idea de que la señalización ensucia", afirma Panero. Solé coincide con esta idea y añade: "Las señales deben ser evidentes, no quedar en segundo plano, e indicar de una forma clara, comprensible, todo lo que necesita el visitante. No entiendo, por ejemplo, por qué las cartelas que informan de cada cuadro tienen que ser tan pequeñas'. Bagunya, desde el Picasso, le da la respuesta: "No queremos cartelas más grandes ni nuevas fichas, lo que queremos es que el visitante disfrute de la obra y que no ocurra como ahora, que en muchos casos pasa más tiempo leyendo cartelas que contemplando el cuadro. Además, si añadiésemos información, se complicaría mucho más la circulación de la gente".

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