_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | 23ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid hace caja y se va

El líder se complica la vida de mala manera a última hora ante un Málaga tremendamente vulgar

Santiago Segurola

Una película cien veces vista en el Bernabéu volvió a repetirse en un partido que el Madrid se complicó a última hora. Como casi siempre. Marcó dos goles, se dio a los lujos y dio por terminado el encuentro. Queiroz retiró a Raúl y a Figo, convencido de la victoria, que llegó entre sufrimientos. El Málaga encontró una oportunidad después de una pésima actuación y marcó el gol que estuvo a punto de girar al partido. No lo consiguió. No tuvo el coraje para comprometer de verdad al Madrid en los minutos finales y salió de Chamartín como entró: derrotado.

Ronaldo acabó con todos los esfuerzos del Málaga por enfriar el partido y del Madrid por sestear todo lo posible. Fue el primer remate del Madrid, mediado el primer tiempo, en lo que parecía una broma de encuentro. No pasaba nada, ni había interés por modificar una peste de fútbol. Al Málaga no se le podía reprochar demasiado. Venía de recibir un cesto de goles frente al Valencia y no tenía el cuerpo para excesos. Es el típico equipo desanimado que llega al Bernabéu con la cautela del miedo. Al Málaga le faltó vigor y decisión para aprovechar las concesiones del Madrid, que fueron muchas en el arranque del encuentro. El equipo estaba en otra cosa, en la víspera de una semana crucial, a la espera de los duelos con el Sevilla en la Copa y con el Valencia en lo que se presume el partido del campeonato. El mensaje venía dado en la alineación. Queiroz retiró del equipo a Helguera y Guti, dos jugadores básicos que disponen de una cualidad común: a ellos les corresponde el plan de juego del Madrid. Uno desde la defensa; el otro, en el medio campo, antes de que Zidane despliegue su arte. La decisión de Queiroz comprometió la claridad del fútbol, pero probablemente le importó muy poco. Probablemente el Madrid se podía permitir esa carencia más que en ningún otro partido.

REAL MADRID 2 - MÁLAGA 1

Real Madrid: Casillas; Salgado, Pavón, R. Bravo, R. Carlos; Borja, Beckham; Figo (Núñez, m. 73), Raúl (Portillo, m. 70), Zidane; y Ronaldo.

Málaga: Calatayud; Rojas (Insúa, m. 65), Josemi, Frenando Sanz, Juanito, Valcarce; Edgar (Manu, m. 76), Gerardo, Miguel Ángel, Duda (Luque, m. 72); y Salva.

Goles: 1-0. M. 23. Pase largo de Beckham a la derecha, Salgado llega a la línea de fondo, centra atrás y Ronaldo empuja con la zurda.

2-0. M. 58. Falta al borde del área que transforma Roberto Carlos con un durísimo disparo.

2-1. M. 74. Balón que pierde Borja, Salva cede a Luque y éste marca por bajo.

Árbitro: Téllez Sánchez. Amonestó a Ronaldo, Portillo, Gerardo, Rojas, Duda, Fernando Sanz y Miguel Ángel.

Unos 70.000 espectadores en el Bernabéu.

Más información
Noche de rotaciones
La Junta quiere 'fichar' a Beckham como imagen de Andalucía

Antes de que Ronaldo pescara el pase de Salgado desde la derecha -una estupenda acción que se inició con una apertura perfecta de Beckham al lateral derecho-, el Madrid se había dado a la pereza. A la ausencia de ideas en la generación de juego añadió algo parecido a la indolencia. No había ninguna intensidad. La pelota iba y venía sin ningún propósito. El Málaga, que estaba tieso, se sentía satisfecho con ganar los balones divididos. A los jugadores del Madrid no les parecía el momento de jugarse la tibia, aunque el encuentro apenas tuvo fricciones. El único que encontró algunas dificultades para moverse fue Ronaldo, siempre acosado por los centrales. Al hombre le tienen pánico, y con razón. Si se gira y se pone en marcha es imparable. El caso es que Ronaldo no arrancó ni una sola vez en el primer tiempo, pero eso no significa que deje la tarjeta en blanco. Apareció en el segundo palo para marcar el tanto del Madrid, un gol de delantero de toda la vida, sin más.

El encuentro no se agitó tras el gol. El Madrid no sintió ninguna urgencia y el Málaga prefirió emboscarse, a la espera de obtener alguna oportunidad frente a Casillas. La estadística dice que difícilmente un equipo, por mal que juegue, se va de un partido sin una ocasión. Y en el Bernabéu, más todavía. El Madrid es una mina para conceder oportunidades a cualquiera. Eso lo sabe Casillas mejor que nadie. Pero las oportunidades también hay que ganárselas, cosa que el Málaga ignoró. Hasta le favoreció la fortuna: Ronaldo envió la pelota al palo después de una hermosa cabalgada por el callejón del diez, la posición desde la que gana partidos como quien lava. Hubo un silencio espeso tras la jugada. Ronaldo terminó en el suelo, entre gestos de dolor, lo que siempre produce angustia en el Bernabéu, que teme por las rodillas de su ídolo.

Para ídolo, Zidane, que dejó los pocos detalles interesantes del partido, todos celebradísimos por la hinchada. A Beckham se le celebra menos en estos días. Ha perdido un poco de energía, aunque su compromiso es irreprochable. Tampoco es un creador, a pesar de su facilidad en el pase. Beckham no es el arquitecto que es Zidane o Guti. Por lo demás, no anda fino con los tiros libres, ante la desilusión de la parroquia, que quiere al rubio embocando friquis. A Roberto Carlos le debió parecer que ya estaba bien de tantas faltas desaprovechadas por el inglés. Cerró el caso con un misil imponente. La pelota entró por la escuadra ante la perplejidad del portero y el entusiasmo de la afición. Eso no impidió la posibilidad del milagro. Como estaba escrito, el Madrid concedió la oportunidad de rigor. La aprovechó Luque con un buen zurdazo en el mano a mano con Casillas. El Madrid se enteró de repente que no tenía a Raúl y a Figo, retirados por Queiroz. En un instante cambió el signo de la noche. Un partido sin vida se volvió vibrante: el Madrid temió, el Málaga creyó por fin y la hinchada local no salió del susto hasta el final.

Ronaldo intenta zafarse del acoso de Josemi y Juanito.
Ronaldo intenta zafarse del acoso de Josemi y Juanito.GORKA LEJARCEGI

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_