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Crítica:MÉXICO | LA LIDIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ponce y Ortega salen a hombros

Enrique Ponce, en su triunfal reaparición, y Rafael Ortega, en su consagración, se llevaron tres orejas cada uno en esta corrida de aniversario y salieron a hombros.

A su reservón primero, Ponce, a base de aguante y de un extraordinario juego de muñecas, trazó una señorial faena. Con ritmo giró la cintura corriendo la mano por ambos lados. Después de una serie de cristalinos naturales, el público en pie le ovacionó largamente. Remató su bello muleteo con un estoconazo. Sin importarle lo aplomado y el calamocheo de su segundo, con valor lo metió a la sarga y otra vez a base de muñequeo dibujó bellos unipases naturales y derechazos. Volvió a dejar el acero hasta la empuñadura.

Ortega se lució con su vistoso capoteo y dio una exhibición de facultades físicas en su portentoso banderilleo en sus dos ejemplares. Su emotiva faena a Regalito, su claro primero, la inició con espectacular péndulo y después vinieron tandas de templados derechazos rematados con el martinete y el de pecho. Pero lo grande fue una cátedra de temple que dio en su serie de naturales que coronó con soberbia estocada. A Cachorrito, su pronto segundo, que fue pitado en el arrastre lento, le ejecutó una artística faena. Su plástico toreo tuvo poder y pureza, pero perdió la segunda oreja por pinchar.

Dos ganaderías / Hermoso, Zotoluco, Ponce, Ortega

Toros de Julio Delgado, para rejoneo de Bernaldo de Quirós, regalo del sobrero de Teófilo Gómez: justos, sin fuerza, descastados, pitados en el arrastre salvo 4º y 8º. Pablo Hermoso de Mendoza: división y al tercio. Zotoluco: silencio; aviso y palmas. Enrique Ponce: dos orejas y oreja. Rafael Ortega: dos orejas y oreja. Monumental Plaza México, 5 de febrero, 58º aniversario de la plaza. Lleno.

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Como en su lote, Zotoluco trajo el santo de espaldas, pues su primero fue tardo, soso y punteaba y su segundo era incierto y peligroso, regaló el sobrero, pero éste salió con las patas traseras lastimadas. A su primero, de hinojos lo saludó con limpia larga cambiada y hecho un poste lo lanceó. Aunque se esmeró por hacerle embestir, sólo logró unipases. A su segundo lo bregó y le dio un trasteo de castigo. Al de regalo lo lidió con acierto y el burel rompió y terminó entregándose, lo que le permitió realizar un profundo y sabroso toreo. Por mal uso de la toledana se le esfumó el trofeo.

A caballo

La emoción que provocó Hermoso de Mendoza en su primero con los giros inverosímiles arriba de Fusilero y la manera de citar con los cuartos traseros de Fósforo, al colocar al relance las banderillas cortas se esfumaron por el bajonazo que dio en su segundo rejón de muerte.

A su avanto y distraído segundo, el navarro sobre Modeja con acierto puso los rejones de castigo y montando a Chicuelo dio una clase del toreo a caballo. Con Nativo puso las banderillas al estribo y la última la dejó en todo lo alto y con Cervantes al relance colocó los rosetes. Y para terminar puso por los adentros banderillas a dos manos. El público que llenó la plaza hasta el reloj salió satisfecho de la actuación de los cuatro alternantes.

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