_
_
_
_

"Aguanté veinte años de malos tratos y acabó matando a mi hija"

Araceli Hurtado, de 32 años, madre de la pequeña Natalia, de 7, asesinada presuntamente por Carlos Vásquez la tarde del miércoles en El Médano (Tenerife), reveló anoche una historia personal plagada de malos tratos, durante los casi veinte años de relación que asegura haber mantenido con el supuesto parricida. En su relato a la Televisión Canaria, la mujer, con sorprendente entereza, revivió una convivencia marcada por los "puñetazos, amenazas con cuchillos, gritos" e, incluso, una tentativa de rociarla a ella y su hijo mayor con un bote de gasolina para prenderles fuego. "Aguanté veinte años y acabó matando a mi hija", dijo.

Denunció su situación "al menos una vez en Colombia" y "otras muchas" en Tenerife, a donde la pareja se trasladó hace tres años con los niños. Pero este miércoles, su relación cruzó el umbral hacia el infierno sin pasaje de vuelta. Cuando una tercera persona fue a buscar a los niños -un chico de 13 años y la niña de 7- a la parada del autobús, Vásquez, sobre quien pesaba una orden de alejamiento de un juzgado por malos tratos continuados, se adelantó y los raptó.

"Me hizo una llamada por la tarde y me dijo que si no volvíamos a vivir juntos por las buenas, me iba a enterar, que me mataba a mi hijita". Aún más, puso a la niña secuestrada al teléfono. No parecía nerviosa: "Mamá, hola, vente conmigo si quieres", le dijo. De nuevo escuchó un "mamá" y se cortó la llamada.

Araceli Hurtado aseguró ayer que en ese momento ya había avisado al teléfono de urgencias 112 sobre el rapto de sus hijos. Le habían contestado que, sin una denuncia previa en la comisaría de la Guardia Civil, no se activaría un operativo de búsqueda. "Me mató a la niña en ese intervalo, en lo que tardamos en vestirnos y estar en la policía", dijo.

Ya en la comisaría habló de nuevo con Vásquez. "¿Te has enterado ya de la noticia?", acertó a decirle él antes de colgar de nuevo. Poco después, la Guardia Civil recibió una llamada del 112, confirmando que en una vivienda de El Médano, había aparecido el cuerpo acuchillado de una niña.

Vásquez le había advertido en varias ocasiones de que, en caso de cometer un crimen, "se declararía loco". "Me dijo que le encerrarían dos años y volvería a buscarme".

La versión policial señala que Vásquez llevó a los niños al cuarto que había alquilado en El Médano y, antes de subir, dio dinero al mayor para un refresco y una recarga de móvil. Cuando el chico volvió, encontró al hombre en el portal con la ropa ensangrentada. No le creyó cuando le pidió que no hiciese ruido, que su hermana dormía. "¡El cabrón de mi padre ha matado a mi hermana!", gritó al alertar a los vecinos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_