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Reportaje:

Los pétalos de un Goya en Dénia

El valenciano Juan Carlos Marí ganó el premio del cine español en la categoría de cortometrajes de animación

Atónito, desconcertado y sobre todo nervioso, muy nervioso. Juan Carlos Marí, un joven dianense de 25 años, estudiante en la extensión de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández en Altea, se dirigió aceleradamente, bajo la atenta mirada de los focos, hacia el escenario. Seguramente sólo había escuchado la palabra "pétalos" (apenas recuerda eso) cuando saltó como un resorte del asiento que ocupaba junto a su novia, Lluna. Frente a él, por un pasillo que le parecía la cubierta del Titanic, un busto del sordo español más distinguido de la historia, el pintor Goya, brillaba como nunca. La gala de entrega de los premios del cine español, celebrada el pasado sábado en Madrid, entraba en la recta final. Juan Carlos sabía que su nombre no sonaría nunca. Pero...

"Regaré con lágrimas tus pétalos", se oyó en la sala seguido de un coro extraordinario de aplausos que a Juan Carlos le sonaron a música celestial, mezclada de salvas de honor. No recuerda cómo ni cuándo, pero ya estaba recogiendo el Goya al mejor cortometraje de animación en la gala correspondiente al año 2004. "No supe qué había dicho ni qué gestos esbocé. Estaba en una nube, medio consciente y acabé sin quererlo ni beberlo en la fiesta de Iciar Bollaín (Te doy mis ojos)", explica.

Marí acudió sin ánimo de ganar. No podía competir con los ordenadores y la animación virtual. Pero su trabajo, el primero que realizaba profesionalmente, le había supuesto dos años de desvelos que compensaba ya estando sentado en ese patio de butacas de la gala. A diferencia del resto de los cortos presentados, estas lágrimas, los pétalos de la historia, respondían a un trabajo artesanal, nada de ordenador. Dibujó a mano la historia del idilio entre una gota de rocío y una rosa. Un idilio que dura 10.000 dibujos hechos todos a mano.

Su pasión por el cine no descarta un futuro largometraje. Pero será como mínimo después de tres años de seguir con el corto. Ya está pensando en el próximo, tras la resaca vivida a golpe de teléfono, entrevista y fotografía va, fotografía viene: "Es por ahora a lo único que puedo aspirar por asequible". En la empresa de su padre, cómo no, de informática, realizó su primer trabajo a los 14 años. Lleva ocho producciones y la siguiente será "mejor" que la de los pétalos triunfadores. Entretanto, Juan Carlos Marí, con su inseparable Lluna, seguirá siendo un tipo normal, flanqueado por sus amigos de Dénia, a quienes, junto a sus padres, dedicó el Goya. Y seguirá coleccionando figuras de las "pelis" que más le fascinan mientras firma sus primeros autógrafos en una ciudad que comparte y celebra su éxito.

En la capital de la Marina Alta es donde quisiera que vieran su obra antes que en otro lugar. El único cine que hoy existe, el viejo Condado, sería ideal para que se proyectase Regaré con lágrimas tus pétalos. No importa delante de qué largometraje de estreno. Cualquiera es bueno con tal de que los suyos lo vean primero. Antes de que los muchos interesados capturen su trabajo para un futuro productivo. Mientras, los impacientes pueden navegarlo por la red en www.jcmari.com.

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