Traidor y vanidoso
Disiento del señor Haro Tecglen. En mi opinión, el comportamiento de Carod Rovira, al que se refiere en su artículo del pasado jueves, es claramente el de un traidor. ¿Cómo podríamos calificar a quien toma una opción de tal repercusión, sin la autorización y ni siquiera el conocimiento de su presidente, con quien acaba de firmar un pacto de gobierno? Sí estoy con Haro en que este prepotente y tortuoso señor Aznar que nos gobierna hará sangre para ocultar los propios desafueros.
Además de traidor, el señor Carod Rovira ha dejado al descubierto su enorme vanidad, que le ha cegado, y su estupidez. Qué pena que también haya querido aprovecharse del dolor y la sangre ajenas. Y es que los nacionalismos, no importa el ámbito que abarquen, con tal de medrar o salvar la ropa, y bajo el paraguas del pactismo, acaban traicionando (Santoña, Lizarra, Azores. Perpiñan).