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Entrevista:JOSEP LLUÍS CAROD | 'Conseller en cap' de la Generalitat | CRISIS EN EL PSOE Y EL TRIPARTITO CATALÁN

"Alguien tenía que hacer lo que yo hice"

"Alguien tenía que hacer lo que hice". Así concluyó el secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, su comparecencia pública tras la reunión de la permanente del partido. Admitió su "ingenuidad", pero defendió que sólo con el diálogo puede resolverse un conflicto, que consideró "político". "Hice lo que debía haber hecho quien tiene poder de verdad", aseguró.

Por la tarde, en el programa La Ventana, de la SER, insistió en su "ingenuidad" y en que jamás reclamó contrapartidas, por lo que descartó la dimisión: "¿Cómo voy a dimitir por defender una situación de paz?", se preguntó, antes de recordar que los Gobiernos del PP y del PSOE se entrevistaron con ETA en el pasado.

"No ha habido ningún acuerdo ni pacto ni, menos aún, contraprestación"
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Carod se hizo acompañar por el presidente del partido, Jordi Carbonell, y tres de los impulsores de un manifiesto que, en nombre de la sociedad civil, reclamaba diálogo para acabar con ETA: el sociólogo Salvador Cardús, el ex abad del monasterio de Montserrat Cassià Just, y el abogado August Gil Matamala. No permitió preguntas. Su habitual ironía y socarronería dejaron paso a un semblante serio y al intento de explicación de una iniciativa repudiada tanto por sus compañeros de gobierno como de partido.

"El contacto surgió a iniciativa de ETA y llegó en un momento en que en el Estado había esperanzas de que podía haber una tregua y un cese de la actividad armada", aseguró Carod. "Por esta razón aceptamos el contacto: para escuchar de viva voz el posible anuncio de tregua".

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Hacía años que el dirigente independentista perseguía un encuentro con ETA. A mediados de la década de 1980 desempeñó un papel en el fin de Terra Lliure, la mayoría de cuyos miembros acabaron abrazando la vía pacífica e integrándose en Esquerra. A través de contactos de aquella época y también del mundo abertzale había tratado de hacer llegar a ETA este interés para conseguir que la organización dejara de atentar en Cataluña. El líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, fue uno de los interlocutores a los que Carod transmitió su deseo en varios encuentros en el año 2002 que, al trascender, provocaron una gran polémica. Entonces dijo que se había limitado a pedirles que dejasen de actuar en Cataluña porque él dirigía "un partido de ámbito catalán"..

"Hubiera sido muy irresponsable negarse a hablar con ETA pudiendo contribuir a la paz", se justificó ayer Carod. En ningún caso, subrayó, ofreció contrapartida alguna: "No ha habido ningún acuerdo, ni pacto, ni, menos aún, contraprestación; hubiera sido imposible porque no hablé en nombre de ningún Gobierno", insistió.

"Lo que hice", prosiguió, "es transmitir las posiciones políticas de ERC, que pasan por la defensa del derecho democrático de los pueblos al principio de autodeterminación nacional, siempre por vía pacífica". "Pensamos que podíamos hacer un servicio a la causa de la paz aportando argumentos políticos", insistió, antes de subrayar: "Esquerra ha estado, está y estará siempre contra la violencia; ninguna idea vale una vida humana".

Tanto en la declaración pública como en la entrevista en la cadena SER, Carod insistió en que nunca había intentado conseguir que ETA dejara de matar sólo en Cataluña: "Yo nunca he pedido a nadie que deje de matar a nadie en un sitio concreto", dijo, y retóricamente se preguntó: "¿Cómo no íbamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para salvar vidas humanas en nuestro país y en el conjunto del Estado".

A pesar de las reacciones suscitadas y de la rotunda de sus socios de gobierno, el líder de Esquerra dejó la puerta abierta a insistir sobre la misma vía, aunque no él personalmente: "Como conseller en cap ni me corresponde ni me corresponderá, pero Esquerra, como partido, si puede ser útil a la paz, lo será. No condenamos el diálogo, sólo la violencia". El dirigente independentista se siente, dijo, víctima de un "linchamiento público" y consideró "bastante hipócrita" y "electoralista" que "algunos intenten rasgarse las vestiduras cuando ellos han hecho lo mismo".

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