Otra catástrofe en Balaídos
La Real Sociedad suma su cuarta victoria consecutiva frente a un Celta en caída libre que ha recibido 20 goles en enero
La vertiginosa decadencia del Celta vivió otro amargo capítulo en Balaídos, donde la Real sumó su cuarta victoria consecutiva y puso tierra de por medio del peligro del descenso. El equipo de Denoueix ni se despeinó. Le bastó con agarrarse al fútbol de Xabi Alonso y al acierto de Nihat para despellejar al ruinoso grupo de Lotina, que sigue contando la distancia que le separa de la UEFA mientras su equipo se desploma en barrena. Con los cinco goles encajados ayer suma veinte en contra en lo que va de enero, lo que deja tan maltratada la autoestima del grupo de Balaídos como para creer en una fácil solución.
Quizás no exista más desastrosa realidad para un entrenador defensivo y táctico como el del Celta que la hemorragia de goles que le asola. Sus sesiones de vídeo y los sesudos análisis del rival se traducen jornada tras jornada en cambios de sistema y de jugadores, de lo que no se han derivado otros efectos que no sean un caos táctico descomunal. Los cinco goles de ayer le vuelven a poner contra las cuerdas, pero la afición ya ni le chilla.
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CELTA
REAL SOCIEDAD
Celta: Cavallero; Velasco, Berizzo, Sergio, Sylvinho; José Ignacio (Edu, min. 62), Luccin; Vagner, Jesuli, Gustavo López (Mostovoi, min. 77); y Milosevic (Pinilla, min. 77).
Real Sociedad: Alberto; López Rekarte, Kvarme, Schurrer, Potillon; Karpin, Xabi Alonso (Aramburu, m. 77), Alkiza, Gabilondo; Nihat y Kovacevic (Jauregi, m. 89).
Goles: 1-0. M. 1. Gustavo López. 1-1. M. 23, Kovacevic. 1-2. M. 42. Milosevic, en propia. 2-2. M. 51. Luccin, de penalti. 2-3. M. 59. Xabi Alonso. 2-4. M.70. Nihat. 2-5. M. 72. Nihat.
Árbitro: Tristante Oliva. Amonestó a Rekarte, Jesuli, Luccin y Kvarme, Alonso y Gustavo López. Expulsó a Berizzo (m.66).
Unos 15.000 espectadores en Balaídos.
Como cada vez que se anuncia marejada, Lotina regresó a un sistema, el 4-2-3-1, que le solicitan hasta los jugadores, el único que había dado resultados dignos a lo largo de la temporada. El último en elevar la voz fue Cavallero, que afeó a su entrenador los continuos cambios de dibujo y el contumaz desprecio por las bandas. Pero de un lado, Gustavo López pareció ayer un futbolista desgastado de tanto ejercer de comodín, y del contrario, bastó con que Potillon echara el candado a Vagner para taponar la banda.
Tan quebrado está el Celta que ya no es capaz de navegar ni con el viento de popa. Porque el arranque de los dos tiempos no pudo ser más negativo para la Real. En la primera parte, con un gol en el primer minuto por un mal despeje de López Rekarte y una mala salida de Alberto, y en la segunda, por un penalti inexistente que convertió Luccin. Con el marcador en contra, la Real no desesperó. Sólo jugó al fútbol, conducido por Alonso como en los mejores tiempos.
El empate, nacido en un sensacional pase de Xabi Alonso que encontró a Berizzo en Marte, quebró definitivamente al Celta, que anotó el segundo de la Real en propia meta. Pero la auténtica catástrofe llegó en la segunda mitad, con el equipo desquiciado por un rival a medio gas.
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