Cinco ciudades evaluarán juntas el impacto del AVE

Con el AVE, ¿subirán los pisos? ¿Vendrán nuevos residentes? ¿Aumentarán los flujos comerciales? Cinco ciudades del trazado del AVE entre Lleida y Perpiñán promoverán juntas un estudio sobre el impacto socioeconómico del tren. Ediles y representantes políticos de Lleida, El Prat de Llobregat, Girona, Figueres y Perpiñán firmaron ayer en Figueres el convenio del estudio, sufragado en el 50% por la Unión Europea, que intentará prever todas las oportunidades de la llegada de la alta velocidad y minimizar sus peligros.

El proyecto, que prevé la creación de un observatorio socioeconómico permanente, intentará aprovechar la experiencia de otros territorios que ya tienen alta velocidad. Los ediles coincidieron en reclamar celeridad en el proyecto a los gobiernos de España y Francia. Al respecto, el vicepresidente del Consejo General de los Pirineos Orientales, Marcel Mateu, advirtió que sería "un desastre" que se aplazara la conexión entre Perpiñáan y Montpellier, prevista para 2012. Mateu aseguró que el AVE debe ir "hacia la Europa del norte" en el menor tiempo posible.

Para el alcalde de Perpiñán, Joan Pau Alduy, el convenio materializa "no sólo la solidaridad técnica, sino la política" entre los territorios de habla catalana. Joan Armangué, alcalde de Figueres, añadió que el estudio inicia un "proceso de acercamiento de una serie de territorios unidos por la lengua, la cultura y los flujos económicos que hasta ahora separados por el artificio de una frontera".

Además de analizar las dinámicas socioeconómicas de las líneas europeas de alta velocidad, como las de París-Lyón o Madrid-Sevilla, se estudiarán cinco ámbitos básicos: los cambios urbanísticos y la articulación de la red de transporte público y privado con la alta velocidad; los cambios en los procesos comerciales, como las variaciones en el precio del suelo y la evolución del mercado inmobiliario; los movimientos migratorios o las alteraciones en los niveles de renta de la población y, finalmente, aspectos transversales, como la sostenibilidad, las nuevas tecnologías e, incluso, la igualdad de género.