_
_
_
_
Reportaje:

Una ventana al medievo

Un mercado convierte la plaza de la Corredera de Córdoba en un pasadizo hacia 1284

La plaza de la Corredera de Córdoba rememora sus usos primitivos desde ayer hasta el domingo a través del tercer Mercado Medieval. En la Corredera se han celebrado autos sacramentales, ejecuciones y fiestas paganas a lo largo de su historia. Ayer, centenares de artesanos y creadores de productos ancestrales de todo el país tomaron la plaza para crear un pasadizo en la historia hasta 1284.

Todo es distinto ahora en la Corredera, con el suelo cubierto de paja y el tráfico cortado. Incluso la alcaldesa Rosa Aguilar lo inauguró de forma inusual. La tradicional cinta fue sustituida por una soga que cortó la regidora.

"¡Viva el rey!", exclama una tendera. "¡Viva!", responde el cabo Sánchez, encarnado por un actor que arrastra, con síntomas de embriaguez, una lanza con la que impone el orden en la plaza. "Soy la máxima autoridad en tráfico y cobro de impuestos", explica el cabo Sánchez, a las órdenes del Rey Sancho IV.

Los artesanos de los 104 puestos que componen la muestra están vestidos al uso e incluso los visitantes pueden alquilar trajes de la época por 18 euros para todo el fin de semana. De esa guisa se encuentra Carlos Herrero que, a pesar de su apellido, es el encargado de darle a un ancestral torno de madera con el que hace piezas para sillas o mesas.

Herrero viene de Palencia y con el pie y una guita de esparto da movimiento circular a un taco de madera que esculpe cuchilla en mano. "Según lo que hagas, te puede llevar media hora o todo el día", explica tras confesár que es un aprendiz. A las dos horas ya ha finalizado una baqueta para tocar el tambor. "Así vemos cómo los antiguos usaban la cabeza, ahora todo lo hace un ordenador", explica en representación de una asociación dedicada a la recuperación de antiguos oficios.

Los más atrevidos se enfrentan incluso a un halcón harris ávido de presas. Con guante en mano, Cristina Vélez recoge el vuelo de esta ave de presa que suelta el cuidador, José Antonio Alonso. "Al principio da miedo, pero ves que el animal va a la comida", afirma Vélez, quien no piensa en llevarse una de estas aves a casa. Un buitre leonado con más de dos metros de envergadura, un búho real o dos águilas de harris son la cuadrilla domada por Alonso, que viene de León. "Para amaestrarlos hay que emplear como mínimo un mes", cuenta Alonso, que muestra un picotazo de una hembra de águila ferruginosa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los pasacalles despliegan las tamborradas entre encantadores de serpientes, esculpidores de mármol, sopladores de vidrio, orfebres del cuero, decoradores de cerámicas, malabaristas o instrumentos de tortura del medievo. Con motivo del octavo centenario de la muerte de Maimónides, filósofo y médico de la Córdoba musulmana, el Ayuntamiento ha acuñado una moneda en su conmemoración dentro de este escaparate del pasado que organiza la empresa gallega Camelot por todo el país.

Por la noche, los cuentacuentos inundan la plaza así como las representaciones de danza clásica, como Contrapasso o Gallarda, interpretadas por alumnos del Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río.

Aunque el termómetro estaba más benévolo ayer, José Manuel Royo trae desde El Bierzo (León) unos brebajes para entrar en calor y para rememorar los aires de cantina junto a los amigos. Licores con base de orujo y miel, cereza, endrina, nuez, mora o café. Royo no recuerda desde cuándo se hacen estos licores, pero veía a sus abuelos preparar la receta ancestral.

Royo incide en las propiedades, "siempre con moderación", de sus brebajes, que alcanzan los 30 grados. "Siempre se ha dicho que el aguardiente limpia el diente y sana el vientre", comenta. Cuando el frío cae, José Manuel Royo, es el último en abandonar el puesto. "Puedo estar aquí hasta las cuatro de la mañana", asegura. Eso será cuando concluya la cena medieval que se ofrezca esta noche en la Plaza de las Cañas, junto a la Corredera, cuando quienes degusten los platos de hace siglos quieran limpiar el diente y sanar el vientre. Y entrar en calor.

El tercer Mercado Medieval de la plaza de la Corredera es, sobre todo, un espectáculo visual. Los organizadores han querido evitar que se convierta en un simple mercadillo, aunque hay quien vende sus productos artesanos, y que cada día haya una novedad en un espectáculo en el que el año pasado la Policía Local contabilizó unos 150.000 visitantes, la mitad de la población de Córdoba.

Lo importante es participar

Aquilino Blanco, responsable de Camelot, la empresa que organiza el tercer Mercado Medieval de Córdoba, señala que su mayor interés es que la gente participe. "Cada vez se están alquilando más trajes de época y, quien quiera representar, cantar o bailar, será bienvenido; eso es lo que queremos", explicó ayer.

Blanco explicó que hay mucha gente, unas 300 personas, que participa con sus productos ancestrales en la caravana del mercado por todo el país. "Aunque también se trata de que se ganen la vida, hay un parque infantil y novedades cada día para que la gente no diga que ha ido un día y ya lo ha visto", apuntó.

Hoy la novedad es la danza del vientre. Mañana, además de los juegos malabares, los pasacalles, los espectáculos y los cuentacuentos de todos los días, un actor representará al gran homenajeado ofreciendo La clase de Maimónides, un espectáculo en honor al filósofo y médico de la Córdoba de la época musulmana.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_