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Agulló explica en una obra el significado de 10.000 vocablos deportivos

Valencia

¿Sabía que al encargado de repartir el juego en un equipo de waterpolo se le llama contraboya? ¿Y que el vocablo demarraje procede del francés démarrage, documentado como término marino en 1702? ¿Había oído alguna vez la palabra chuss, empleada por los esquiadores para referirse a los tramos de descenso en línea recta? Éstas y muchas más aparecen en el diccionario histórico-deportivo publicado por el filólogo y ex atleta valenciano Recaredo Agulló, quien se doctoró cum laude en Filología por la Universidad de Valencia con la tesis La formación del léxico deportivo 1790-1909.

Nada menos que 18 años le ha costado a Agulló dar cuerpo al Diccionario de términos deportivos, una interesante obra de lectura y consulta que incluye el significado y origen de 10.000 vocablos empleados en todos los deportes.

¿Sabía que el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española reserva el término pelotari sólo para los jugadores vascos, obviando a los valencianos? "La Academia debe ponerse al día en cuanto al vocabulario deportivo", considera Agulló; "parece que esté reaccionando ahora, y me alegro de que así sea, porque hay palabras que están en la calle, que la gente utiliza a menudo y deben ser aceptadas".

La Real Academia de la Lengua acepta, por ejemplo, el término waterpolo, que procede del inglés water (agua) y polo (juego ecuestre que proviene de la India). Agulló explica en su obra que "ha habido intentos de introducir este anglicismo, como por ejemplo, polo acuático, pero la grafía inglesa prevalece con fuerza". Sin embargo, la Academia no acepta contraboya, por eso Agulló la presenta en su obra en cursiva, tal y como aparecen todos los términos que no son recogidos por el Diccionario de la lengua española.

El diccionario, por otro lado, presenta citas antiquísimas. Alguna de éstas se remonta al siglo XIX. En este sentido, el autor ha respetado el original. Por ejemplo, en la cita caza volátil (Diario Mercantil Valenciano, diciembre de 1847): "Pésimo el día de San Martín para la romería al delicioso lago de la Albufera, tuvo en revancha el hermoso y brillante de Santa Catalina, en que se acostumbra igual deporte. Si para los profanos al arte de la caza volátil nos pareció mejor el segundo que el primero, para los iniciados por afición más o menos decidida, fue mejor el primero". Por cierto, la caza volátil es la caza de aves, una de las numerosas modalidades de esta antigua práctica.

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