El PSOE reclama una revisión urgente del Plan de Regadíos
Los socialistas piden ayuda para los productores con menos recursos
El PSOE ha solicitado al Gobierno central una revisión de urgencia del Plan Nacional de Regadío porque considera indispensable la mejora de todas las infraestructuras. No obstante, los socialistas calculan que para la mayoría de los productores será prácticamente imposible abordar los gastos necesarios y más en el caso de explotaciones muy poco competitivas. Por ello, el PSOE pide la implicación del Ejecutivo.
El PSOE ha reclamado a la Administración del PP la necesidad de revisar el actual Plan Nacional de Regadíos de acuerdo con los compromisos que figuran en la normativa sobre su puesta en marcha. A juicio de los socialistas, la ejecución del plan está siendo un fracaso, sobre todo en las zonas del interior de la Península. Sin embargo, el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, considera que se trata de un éxito sin precedentes, por lo que ya piensa en la elaboración de un segundo plan con el horizonte de 2016.
El Plan Nacional de Regadíos 2000-2008 contempla la mejora de 1,13 millones de hectáreas, así como la puesta en riego de otras 242.000 hectáreas, de las que 138.000 serían de nueva ejecución, 86.000 serían regadíos sociales y 18.000 hectáreas serían regadíos privados.
En una respuesta parlamentaría del Gobierno a una pregunta de los socialistas, el Gobierno reconocía en octubre pasado que no se había iniciado ninguna obra de regadíos sociales ni privados. En la mejora de regadíos se habían terminado o estaban en ejecución unas 160.000 hectáreas, junto a 50.000 hectáreas contratadas y 159.000 con el proyecto todavía en fase de redacción.
Para los socialistas, simplemente por razones de ahorro de agua y agroambientales, es indispensable modernizar más de un millón de hectáreas. Sin embargo, el desarrollo de las obras en estos años señala la necesidad de introducir cambios sustanciales en beneficio del sector.
Repercusiones
Según datos sobre el plan que manejan los productores, las mayores ejecuciones se han llevado a cabo en zonas como Levante, mientras la respuesta ha sido muy escasa en las zonas del interior del territorio español.
Para el portavoz socialista de Agricultura, Jesús Cuadrado, el Plan Nacional de Regadíos debería ser un vehículo de cohesión social y no un instrumento para agrandar las diferencias ya existentes entre las distintas regiones.
En opinión de los socialistas, la Administración del PP, a través de las Sociedades Estatales de Infraestructuras Agrarias (Seiasas), articuló un mecanismo de financiación por el que se aplaza una parte del pago de las obras hasta el año 2050, pero este sistema no exime al propietario de la tierra de asumir la mayor parte de los gastos.
Los socialistas estiman que un precio entre 6.000 y 9.000 euros por la modernización de una hectárea de regadío puede ser una cifra asumible cuando en esa superficie sean posibles cultivos de huerta competitivos. Sin embargo, la oposición considera que se trata de un coste inasumible para determinadas zonas donde sólo sea posible un tipo de agricultura extensiva o de algunos cultivos industriales que no son suficientes para cubrir los gastos que supone esa inversión.
En muchos casos, los agricultores consideran que esa obra supondría recomprar una tierra a la que no la van a sacar la suficiente rentabilidad.
A la vista de este problema y en aras de un equilibrio regional, los socialistas reclaman un nuevo debate sobre el Plan Nacional de Regadíos para que, en muchos casos, esas obras sean cubiertas con fondos públicos en el marco de una política de cohesión territorial.
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