Rajoy sugiere que Rato será su 'número dos' para defender con él "una España, una"

Rodrigo Rato será el número dos de la lista del PP por Madrid. En 2000 lo fue con José María Aznar. Mariano Rajoy dio a entender ayer que hará tándem con su principal contrincante en la sucesión porque dos son las cosas que más va a remachar el PP hasta el 14 de marzo: "Sería temerario tratar de ser demasiado original en política económica", y hay que defender "una España, una", la "España autonómica, que no es ni fue nunca un Estado federal". Antes del anuncio del cartel electoral Rajoy-Rato, el PP se volcó en despedir a un José María Aznar que aseguró que España "necesita más que nunca" al PP, porque el PSOE es hoy un partido que "alquila o compra" su programa electoral a otros y no sabe qué ofrecer.

La economía -que, según el PP, va bien desde 1996 gracias a su política económica- y la unidad de España -que los demás ponen en riesgo- son el dueto que entonará sin desmayo el partido durante las próximas seis semanas. Ayer lo hizo en su balance de los ocho años de Gobierno de Aznar, "el mejor presidente de la democracia española", según el diagnóstico de Ana Mato, que hizo las presentaciones.

Aznar fue la gran estrella de la jornada. Durante 50 minutos, jaleado por su afición, que abarrotaba el pabellón de convenciones de la Casa de Campo de Madrid, el jefe del Ejecutivo hizo su particular resumen de estas dos legislaturas, antes de "pasar el testigo" a Rajoy. Según él, "las cosas van razonablemente bien", mientras que en 1996 "la política española pedía más honradez y pasar la página de los escándalos".

Y el mayor riesgo hoy, a su juicio, es que las elecciones del 14 de marzo "se conviertan en un carrusel: en el carrusel del gratis total en economía y del todo a 17 en política". Eso después de que "España haya dado desde 1996 el salto, el acelerón que necesitaba. Ha salido del parón que arrastraba en la primera parte de los 90 y ha sabido recuperar el retraso que acumulaba peligrosamente". Aún más: "Gracias a aquellas elecciones, España no perdió una década entera".

Pero, según Aznar, vuelve el riesgo. No de regresión autonómica pues, en su opinión, "la única regresión que se ha producido ha sido en los resultados electorales de algunos, y eso se va a acentuar" en marzo. El riesgo proviene de quienes "están empeñados en que los nacionalismos son doctrinas progresistas y que convivir sin disgregar España es una idea retrógada".

"Hasta aquí hemos llegado"

Su conclusión, muy aplaudida, fue: "Alguien tiene que decir 'hasta aquí hemos llegado', y hemos llegado con mucho gusto, pero con España no se juega y lo decimos nosotros". Su argumento fue que "pegar patadas a la mesa común lo único que consigue es hacer añicos las oportunidades de futuro de los españoles". Esas "patadas", según Aznar, son los "17 tribunales supremos o las 17 agencias tributarias". O, también, "volver la mirada al pasado, a los 70 o a los 30". O presentarse a las elecciones "sin ideas propias, sino compradas o alquiladas a otras siglas".

Tras esta referencia a las participaciones externas en el programa socialista, Aznar pidió respaldo para Rajoy, porque "España necesita la garantía del PP para mantener la estabilidad que garantiza la prosperidad, el bienestar, la igualdad de derechos y la solidaridad de los españoles".

Tras dar las "gracias a Ana" Botella, al resto de su familia y a su partido, cedió la tribuna al "presidente" Rajoy. Y el candidato del PP siguió con la misma música. "España será una si concebimos que es un Estado autonómico en el que la soberanía es única e indivisible. Y será otra si sostenemos que hemos construido un Estado desde poderes soberanos originarios que pactan entre sí de igual a igual. Y no sabemos lo que será si no sabemos lo que es España, que es lo que les pasa a algunos en estos momentos".

Rajoy concluyó que "el debate de todo a 17 es artificial" y procede de que el PSOE "no sabe ganar con las cartas que tiene y ha pretendido cambiar las reglas de juego" tras su pacto para formar el Gobierno tripartito en Cataluña. El candidato del PP presentó al PSOE y a su líder "con muy poca firmeza y muy poco carácter para lidiar según qué toros". Dos en concreto: defender que "España no es ni fue nunca un Estado federal" y no caer en "subastas electorales". Y concluyó: "Yo no haré subastas. Hablaré con el que quiera, pero creo en una España, una, con igualdad de derechos y obligaciones".