_
_
_
_
_

Aguirre rectifica y ordena "reconducir" el proyecto de las brigadas de seguridad

PSOE e IU afirman que "las Bescam han muerto antes de nacer"

Jorge A. Rodríguez

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, se ha visto obligada a poner freno y a dar marcha atrás a su proyecto estrella de seguridad: la creación de las Brigadas Especiales de Seguridad de la Comunidad de Madrid (Bescam). El aluvión de críticas recibidas, sobre todo de miembros de su Gobierno, del PP y del Ministerio del Interior, llevó ayer a Aguirre a "reconducir" su propuesta de crear un nuevo servicio policial mediante la suma de 2.500 agentes municipales y 3.000 nacionales. Ahora sólo ofrece dinero a los alcaldes para que contraten a más policías (sin sueldo ni uniforme diferenciado) y, además, ha puesto el proyecto en manos de la Federación de Municipios de Madrid (FMM) para que lo reelabore de aquí a tres meses. Rafael Simancas y Fausto Fernández, portavoces de PSPOE e IU, respectivamente, en la Asamblea, se apresuraron a asegurar que las Bescam "han muerto antes de nacer".

Más información
El alcalde de Alcobendas abandona la cumbre tras un rifirrafe con Aguirre
"Más importante que el metrosur"

Aguirre ha acusado el fuego graneado que durante toda la semana ha impactado sobre su Gobierno a causa de las Bescam. La presidenta ha sentido especialmente las procedentes de las filas del Partido Popular, que le reprochaban que había provocado "una gran confusión", al crear la sensación de que estaba creando el embrión de una policía autonómica, siguiendo una fórmula ensayada por Coalición Canaria en las islas y que fue tumbada por el PP insular. Además, el proyecto había enfrentado a su vicepresidente primero y portavoz, Ignacio González, con el vicepresidente segundo y consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada, promotor del proyecto.

La presidenta, además, recibió "sugerencias" para que dejara claro de una vez por todas qué eran exactamente las Bescam y aparcara el proyecto, al menos hasta después de las elecciones generales del 14 de marzo. Y ayer puso el freno y dio marcha atrás durante la Cumbre de Seguridad con los alcaldes de la región, una reunión convocada en la sede del Gobierno y que había sido descafeinada por la ausencia de quienes tienen las competencias en la Comunidad de Madrid sobre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: el ministro del Interior, Ángel Acebes, muy crítico con las Bescam, y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, a quien no se le ha oído en público ni una palabra sobre el asunto."Ante todo, quiero dejar claro que este proyecto no es un nuevo modelo policial, ni el embrión de una policía autonómica", arrancó Aguirre. No mencionó las siglas Bescam, que no se escucharon en su boca durante su discurso de apertura de la cumbre de seguridad. "Sólo tratamos de contribuir al trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las policías locales para que los ciudadanos vean que la Comunidad no se olvida de la seguridad ni se escuda en la falta de competencias para ello", añadió.

Primera duda aclarada: ya no se trata de un nuevo servicio policial, ni de sumar en una misma unidad policías de cuerpos diferentes y competencias abismalmente distintas. Ni siquiera se pretende pagar más a unos policías que a otros, como se dejaba claro en el proyecto que Alfredo Prada presentó el 8 de enero.

De lo que se trata, explicó Aguirre, es de que "al final de la legislatura haya 5.500 nuevos policías en la calle, pero la forma en que van a llegar hay que discutirla, y para eso es este foro", explicó a los alcaldes, incluido el de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, quien se guardó mucho de hablar de las Bescam.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La segunda duda que quedaba por aclarar es quién iba a mandar a esos policías. "No pretendemos limitar o cercenar la autonomía municipal ni atribuirnos competencias estatales", continuó, "sino aportar dinero a quienes tienen esas competencias, para decirlo de una forma clara".

A eso ha quedado reducido el proyecto estrella de seguridad del Gobierno autónomo del Partido Popular: a aportar fondos para que los respectivos ayuntamientos dispongan de más medios materiales para sus tareas de seguridad y puedan contratar a nuevos policías locales bajo el mando de los respectivos alcaldes. Y ni siquiera está cerrado cómo se va a sustanciar ese aporte financiero. "Eso dependerá de lo que ustedes digan", les dijo a los alcaldes, "porque ése es el motivo de esta cumbre".

Un acuerdo

Para ello, los participantes en la cumbre de seguridad acordaron constituir inmediatamente una comisión para elaborar un proyecto de seguridad ciudadana en la región que "reconduzca" el proyecto de las Bescam del Ejecutivo regional. La comisión de trabajo sobre seguridad se celebrará en el seno de la Federación Madrileña de Municipios (FMM), contará con la participación de los alcaldes de los municipios más poblados de la región y con representantes de la Comunidad. Se ha invitado a participar a las asociaciones profesionales y al Ministerio del Interior. La mera creación de la comisión llevó a los alcaldes del PSOE e IU presentes en la cumbre a proclamar el certificado de defunción de las Bescam. "Las Bescam han muerto, porque en la Comunidad no tiene sentido en este momento un nuevo modelo de brigadas ni de policía", sentenció la alcaldesa de San Fernando de Henares y vicepresidenta de la FMM, Montserrat Muñoz (IU). Lo mismo dijo el otro vicepresidente del organismo supramunicipal y regidor de Fuenlabrada, el socialista Manuel Robles: "El proyecto está muerto y enterrado".

No pensaba lo mismo Alfredo Prada, promotor de la idea, para quien sólo se ha "ralentizado" y podría revitalizarse, ya definitivamente con otra configuración, a partir del dictamen que la FMM tiene que elaborar en tres meses. Prada subrayó en el exterior de la reunión que, efectivamente, la propuesta había creado confusión pese a que ni siquiera había sido plasmada en documentos. "Se trataba de un proyecto abierto, experimental, para aportar un grano de arena a la seguridad: no estaba nada cerrado". El vicepresidente sugirió en los pasillos del sótano de la sede del Gobierno que ya ni siquiera se iba a retomar el nombre de Bescam, puesto que los agentes que acaben sumándose a los ayuntamientos con dinero de la Comunidad no llevarán distintivos ni uniforme que los diferencie. "Lo que se pretendió es que hubiera más agentes municipales dedicados sólo a seguridad, no un servicio nuevo", explicó.

La muerte, marcha atrás, reconducción, ralentización, rede-nominación o llámese como se llame, de las Bescam, fue saludada por el ministro del Interior, Ángel Acebes. Éste fue contrario siempre a sumar agentes a este proyecto y a que se dejara traslucir la impresión, en plena campaña para los comicios generales (es presidente del comité electoral del PP), de que se alteraba el actual modelo policial consagrado por la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Durante la presentación en su ministerio del balance del trabajo de la Guardia Civil durante 2003 dijo esto: "No se trata de un nuevo modelo policial ni de una nueva policía ni de una brigada y puede que haya habido confusión con todo esto. Y también hubiera creado confusión en este sentido el que el ministerio hubiera ido a una reunión [la cumbre] en la que no tenía nada que decir". Es decir: que las brigadas de Aguirre no eran brigadas. Sólo dinero.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_