Puyol no deja dormir a Rijkaard

El despertador sonó y Frank Rijkaard, el técnico del Barça, se dio cuenta de que no había dormido: pasó la noche prácticamente en blanco. Las pruebas médicas habían diagnosticado lo peor. Carles Puyol, el zaguero internacional del Barcelona, se fue el miércoles del Camp Nou con más pinta de boxeador que de futbolista. Un enorme morado había aparecido en su pómulo izquierdo tras chocar con Congo al final del partido de Copa contra el Levante. Puyol es capaz de jugar con el hombro dislocado o semiconmocionado, pero anteayer no pudo seguir. No quiso salir en camilla y, con la ayuda del médico, se fue caminando. Saludó con la mano a la ovación del público y se detuvo unos segundos ante Rijkaard. El pómulo izquierdo estaba roto. Estará de baja un mes y se perderá como mínimo cuatro partidos de Liga y la próxima ronda de Copa.

Puyol ya conoce ese dolor: hace un año se rompió el pómulo derecho en un partido de la Champions contra el Inter en San Siro, lo que le obligó a estar unas semanas de baja y a jugar varios partidos con una máscara protectora. No le vale la del curso pasado y ya le están haciendo otra. Justo igual que Luis Enrique, que padeció una lesión similar en un entrenamiento el día de Reyes. Pero Puyol es absolutamente insustituible, tan imprescindible en defensa como Ronaldinho en ataque. Lo ha jugado prácticamente todo y el día en que faltó por lesión, justo antes del Barça-Madrid, su equipo encajó en Málaga un 5-1.

Rijkaard tiene un enorme rompecabezas sobre la mesa. Puyol es básico en el eje de la defensa pese a que empezó a actuar de lateral. "Sin él, todo es más complicado. Da mucha seguridad", lamentó Saviola. El entrenador podría recurrir de nuevo a Cocu como central pese a que le había avanzado al centro del campo por no ofrecer demasiadas garantías. Mario, que debutó precisamente el triste día de Málaga, ha ido encadenando todas las lesiones posibles.

La baja de Puyol supone un serio revés para Rijkaard, que por primera vez esta temporada había repetido tres veces la alineación, en los dos partidos contra el Levante y contra el Zaragoza. Iniesta, que se había asentado en el once titular, sufre igualmente una elongación y es duda para mañana contra el Athletic. La única buena noticia es que Ronaldinho vuelve a estar en forma y que el entrenador, además de poder hacer debutar a Davids, recupera a Motta, Kluivert y Overmars, que llevaban semanas en la enfermería.

Descolocado en la Liga, con la única esperanza de alcanzar la Champions, el Barça ha ido dando tumbos todo el año. Su mejor momento se produjo en Anoeta, pero se hundió tras la baja del brasileño. Rijkaard se ha quejado por disponer de un equipo poco equilibrado -dice que no influyó en la política de fichajes- y de las lesiones. Las dudas se fueron extendiendo desde la portería (Valdés se ha afianzado tras el desafortunado paso de Rüstü) hasta la delantera, que formó con y sin extremos, con el tridente, hasta acabar con un ariete (Saviola), una banda abierta (Luis García) y la otra, la izquierda, reservada para las arrancadas de Ronaldinho. Todos han sido discutidos menos Ronaldinho y Puyol. Rijkaard no durmió. Quizá porque sabe mejor que nadie que es difícil sobrevivir sin uno de los dos.