Federico Fuertes narra el amor frustrado en 'La hora del loco'

Federico Fuertes Guzmán, joven escritor algecireño y licenciado en Filosofía, era conocido hasta ahora entre los lectores como coeditor de una curiosa publicación, Et, y autor de la novela La reina de Inglaterra, así como por varios relatos suyos impresos en revistas, antologías y ediciones menores. Recientemente, ha visto la luz en el sello Quórum Editores un nuevo volumen de relatos titulado La hora del loco, con el que el autor espera ampliar el horizonte de su público.

El volumen, integrado por cuatro relatos largos y uno corto a modo de interludio, trata de reflejar según palabras del propio Fuertes "una serie de amores frustrados". "Con todo, me di cuenta de ello una vez terminado el libro. Se trata de narraciones fragmentarias, puesto que casi nunca escribo historias lineales. Casi nunca quedan completas, tienen ese sello un tanto impresionista que ahora parece estar de moda, y quizá es el lector quien tiene que hacer un poco de ejercicio para terminarlas", afirma.

Fuertes confiesa no haber tenido hasta ahora demasiada suerte con los editores, a pesar de que los manuscritos se amontonan en su mesa de trabajo. "Llevo mucho tiempo escribiendo un libro titulado Los 400 golpes, como aquella película de Truffaut. Pretendo reunir en él 400 pequeños textos, que yo llamo golpes a la manera deportiva, una colección de destellos que pueden ser cuatro palabras o como máximo un folio", agrega

Nueva novela

El algecireño ultima también los detalles de una nueva novela, que será bautizada con el título El juego del pañuelo. No obstante, la corrección de una narración larga le resulta una tarea "farragosa", pero "necesaria como ejercicio, por muy monstruoso que sea". En cualquier caso, el género en el que más cómodo se siente es "el cuento, ya sea en formato hiperbreve o microrrelato, ya sea en un formato extenso, cercano a la novela corta". "Pero casi nunca cultivo el término medio", puntualiza Fuertes.

Su devocionario como lector está integrado principalmente por maestros rusos de los siglos XIX y XX, como Pushkin, Turgueniev o Goncharov, "una especie de Cervantes ruso", sin olvidar a Nabokov. "Ellos me han ayudado a configurar mi universo literario", dice. Frecuentó a Cortázar, "como todo el mundo", aunque ahora lo vea "desde otro punto". Y de la literatura española su favorito es Javier Tomeo, "porque hace una literatura absolutamente estética, huyendo de toda implicación social o racional". "La hora del loco aspira a algo parecido, a expresar ese tiempo en que dejamos de seguir nuestro ritmo habitual y rutinario para embarcarnos en el mundo de la ensoñación, donde podemos crear imágenes ficticias, pero no podemos intervenir a voluntad", apostilla el escritor.