Triunfó Fermín Spínola

Fermín Spínola salió hecho un jabato buscando el triunfo y lo logró. De hinojos con larga cambiada saludó a Miel en Pencas, que mereció arrastre lento, y con creatividad lo banderilleó. Enrollándose en la cintura al astado, le cuajó una faena con donaire y torerismo, adornándose con afarolados, dosantinas y joselitinas. A su fiero segundo le realizó un toreo variado en los tres tercios.

Clavando los pies en la arena, Antonio Bricio le hizo un quite por ceñidas gaoneras a su claro primero. En su trasteo cargó la suerte en templados naturales. Tapándole la cara a su áspero segundo, lo hizo seguir la muleta y con desahogo lo lidió.

Mala suerte tuvo Leopoldo Casasola, pues cargó con el lote más malo. Haciendo gala de una férrea voluntad, con mucha quietud, trasteó a su primero, un bicho que calamocheaba y rebrincaba. Con su gordo segundo se colocó en la cara de éste y, muy asentado, lo aguantó haciéndolo repetir. Su muleteo por limpios naturales calentó el frío ambiente, pero por pinchar perdió el trofeo.