El hijo del 'sargento'

Stefan Ivanovic, 17 años, 200 centímetros de estatura, debutó en diciembre con el Tau en la Euroliga. Fueron apenas 95 segundos frente al Slask Wroclav polaco, los que le concedió su padre, técnico del equipo vitoriano. Dusko Ivanovic tiene fama de buen entrenador y de irreductible personalidad. Algunos jugadores han preferido emigrar antes que seguir amarrados a su férrea disciplina, a su infatigable espíritu laboral. Pues bien, Stefan, su hijo, haciendo honor a la genética, decidió que 95 segundos en la máxima competición europea no podían pasar en balde y en cuanto cayó el balón en sus manos se jugó un lanzamiento. "En cuanto se hizo el cambio recibí el balón y como estaba solo debía tirar a canasta", señalaba entonces, requerido por los medios de comunicación.

Digno hijo de su padre. No menos que digno padre de su hijo, Dusko Ivanovic no le recriminó su osadía sino que "me dijo que estando sólo como podía haber hecho ese lanzamiento". El balón no entró y eso es un pecado estando solo.

Stefan Ivanovic milita en el segundo equipo del Baskonia en la Primera División Nacional, y comparte tres selecciones: la alavesa, la vasca y la de Serbia y Montenegro, con la que espera disputar el Europeo Junior después de haber sido convocado en varias ocasiones. Aunque entrena con el Tau, con el que hizo la pretemporada disputando casi todos los amistosos, no esperaba debutar tan pronto con el primer equipo.

Alero como su progenitor y buen tirador, reconoce que al principio se sintió extraño entrenando a las órdenes de su padre, un técnico con un acusado prestigio de irreductible y que por lo tanto podría cargar en él una dosis mayor de exigencia, pero según Stefan, le trata como uno más, como a un joven que está dando los primeros pasos para acercarse a la élite.

Hay quien le ha visto a Stefan vomitar en algún entrenamiento y seguir como si nada, a sabiendas de que el baloncesto -el deporte, en general- tiene una dosis inevitable de sufrimiento.

Hoy por hoy, Stefan Ivanovic es un buen proyecto. En el Tau, no es el único. El brasileño Tiago Splitter, curtido en Mundiales y que parece programado para el éxito, es otra de las apuestas en un club que indaga permanentemente el mercado internacional sin concesiones.

De lo que no cabe duda en Vitoria es de que Dusko Ivanovic no ha aprovechado su condición de entrenador para hacer debutar a su hijo. Conociéndole, no cuadra. Stefan jugó porque el Tau andaba escaso de efectivos en esa época e inauguró una situación que no se había producido nunca. En el Tau han militado Pablo Laso como jugador y su padre Pepe Laso, como entrenador, pero no fue su padre quien le hizo debutar en el primer equipo sino Javier Añúa. Sin embargo, la rumorología no dejó escapar la oportunidad acallada después por los éxitos de uno y otro en sus respectivas carreras deportivas.

Con el sargento Ivanovic no ha habido rumor posible. Stefan seguirá jugando en la Primera División, soñando con el Europeo y con un debú más largo del que disfrutó. Para jugarse un triple, si es preciso.