El mundo al revés
Resulta especialmente llamativa la actitud de la presidenta del Partido Popular de Andalucía, Teofila Martínez, quien ha rechazado la oferta realizada por el presidente de la Junta, Manuel Chaves, para celebrar debates durantes esta campaña electoral. Debe ser un caso único en el panorama político español. La aspirante se niega a contrastar sus propuestas con el candidato rival. El mundo al revés. Una oportunidad que cuatro años atrás no la dejó escapar. El por qué ahora la desaprovecha hay que buscarlo en otras razones más bien propias de la estrategia de su partido antes que en su voluntad. A ella el cuerpo le pide guerra pero es consciente que no puede poner en evidencia a su secretario general y candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, quien ha descartado la posibilidad de debatir con su contrincante el socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.
Así que el gesto de Chaves, anunciando su disponibilidad a llevar a cabo este tipo de actos, ha dejado en mal lugar a Martínez, quien ya se quedará sin argumentos cuando, esta semana, trate de acusarle, de nuevo, de impedir un debate estrictamente andaluz al hacer coincidir las elecciones autonómicas con las generales. A partir de ahora cabe preguntarse con qué legitimidad va hacer este tipo de imputaciones cuando rehuye la ocasión de hablar, precisamente, de Andalucía teniendo enfrente a Chaves y al resto de candidatos.
El desliz es tan grave que no se descarta que la alcaldesa de Cádiz rectifique esta decisión inicial que le ha dejado en una situación muy comprometida y que parece más bien producto de un mal consejo dado por alguien que parece no tenerle mucha consideración. La verdad es que este percance no sido el único.
En estos días se desgañitaba la presidenta regional del Partido Popular pidiendo elecciones separadas y luego resulta que Chaves desvela que han mantenido contactos con el vicepresidente segundo, Javier Arenas, para hacerlas coincidir. Incluso hasta pactaron la forma de anunciarlo, teniendo el "detalle" Chaves de dejar que fuera el Gobierno central quien lo anunciara oficialmente. De ello se deduce, por tanto, que Arenas ni siquiera mantenía informada de esas negociaciones a su candidata.
Así que en esta larga precampaña en la que ya estamos metido de lleno hay que prepararse para observar todo tipo de acontecimientos. Sin ir más lejos, ahí está resucitando el espíritu de un veterano político que se resiste a renunciar a dejar su impronta en todo lo que toca, sobre todo si se refiere a su partido. Hablamos del presidente del PA, Alejandro Rojas-Marcos. El pulso que mantiene con el secretario general, Antonio Ortega ha llegado a un límite casi insostenible. Éste ultimo ha tenido que emplearse a fondo y amenazar nada menos que con dimitir para sacar adelante las listas tal y como él lo pretende.
El amago de dimisión por parte de Ortega es un hecho muy serio toda vez que se trata del candidato de los andalucistas a la presidencia de la Junta. En todo caso él, a estas alturas de la película, debe ser consciente de que se la juega en estas elecciones. El envite es de envergadura. Si no sale airoso de las urnas, Rojas-Marcos y los suyos se lo van a hacer pagar caro disputándole el puesto de secretario general. Así de claro, y lo malo es que ya no está al que siempre le echaban las culpas de todo cuando surgían los problemas internos, como ocurría con Pedro Pacheco. El problema sigue estando ahí dentro y tiene nombres y apellidos.
Por de pronto, Ortega sorteará las dificultades llevando las listas a la ejecutiva nacional de su partido que se celebrará esta tarde. Se trata de un órgano que está bajo su control a diferencia de lo que sucede con el consejo andalucista de gobierno, el máximo órgano de decisión entre congresos, y en donde Rojas-Marcos ejerce mejor sus influencias.
De todas formas, las dificultades que está pasando Ortega para sacar adelante las candidaturas según sus preferencias, no van a caer en vacío. Todo indica que tras las elecciones, unos y otros, tendrán que dirimir sus diferencias y establecer un nuevo marco de referencias en esta formación política que se viene caracterizando por una escasa estabilidad interna. Los dos se estorban y uno de ellos tendrá que ir haciendo las maletas.
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